Una ovación para y por Esperando la Carroza
Las preguntas en la clase de Sociología de tercer año del colegio San Ignacio dieron lugar a una notable producción de Sofía Zamanillo y Lucía Caramuti que hace honor a una película inolvidable.
En cursiva, algunas notas del editor, quien agradece a todos los realizadores de la obra, del director Santiago Doria al guionista Jacobo Langsner, pasando por técnicos y cada uno de los actores.
-El rol de los maridos en Esperando la Carroza no es el que se espera. El trabajo cooperativo en el hogar no existe. Sólo se ocupan de proveer dinero y son las esposas quienes hacen las tareas domésticas. ¡El dinero es muy útil, pero no suficiente!
-Valores que se rompen en la historia.
Honestidad: las tres principales mujeres (Nora, Elvira y Susana, protagonizadas por Betiana Blum, China Zorrilla y Mónica Villa) se mienten mutuamente así como a sus maridos y al resto del vecindario. Matilde (Andrea Tenuta) tampoco es honesta con su madre.
Cooperación: los esposos no colaboran en el hogar. No hacen nada. Gloria a la escena en la que Sergio, leyendo el diario en camiseta, les reclama a las mujeres de la casa "Atiendan el teléfono" pese a tenerlo al alcance de la mano.
Discreción: no la hay en la familia. Todos gritan y se dicen de todo. Claramente, no les da vergüenza.
Justicia: este valor se rompe porque no es justo en absoluto que el hijo mayor (Jorge, por Julio De Grazia) tenga que hacerse cargo de su madre sin ninguna ayuda de sus hermanos por el solo hecho de ser el mayor. Es el único que se ocupa de la madre y resulta muy injusto ya que sus dos hermanos ni siquiera lo ayudan con plata, simplemente olvidan el asunto.
Hospitalidad: su falta es evidente porque ni Antonio (Luis Brandoni) ni Sergio (Juan Manuel Tenuta) quieren que Mamá Cora (Antonio Gasalla) se quede en sus casas.
En cuanto a género se puede decir que los hombres aportan dinero para mantener a la familia y piensan que con eso alcanza, pero no era así. Las mujeres tienen que atender a los hijos, limpiar y cocinar. Están al servicio de los esposos.
Los prejuicios ligados a la edad se advierten cuando Matilde le habla a Sergio antes de la llegada de Nora y Antonio. Sergio tiene algunas revistas (en las cuales la mujer es carne para degustar) en su mesa de luz y no quiere que Matilde las lea porque es muy joven. Matilde y su madre piensan que ella tiene edad suficiente para leerlas.
Socialización primaria. El ambiente es de peleas, mentiras, malos tratos y nervios. Esta familia, especialmente Sergio y Elvira, no les da buenos valores a sus hijos.
Las relaciones cambian según el contexto. Cuando la pobre anciana está viva, nadie la acepta. Cuando "muere", todos la quieren de vuelta, empiezan a recordar todas sus buenas acciones.
La historia se desarrolla en una cultura patriarcal, en la que los hombres son más poderosos que las mujeres.