Ojalá supiera
¿Cuál es el santo de las decisiones? Adrián Ramírez se lo preguntó tras días feos de cavilaciones. Intuía cuál era el camino a tomar, pero el miedo lo golpeaba.
Hay cambios que significan continuidades, mas otros implican rupturas y provocan de todo, desde parálisis a dolor por la pena que se causa a terceros.
Ejemplos: elegir una carrera universitaria es complicado, de ahí la necesidad de orientación vocacional para beneficio de psicopedagogos y vacilantes. Quien no sufre por el prejuicio de "no me va a dar la cabeza" padece al calcular el dinero que el estudio les costará a sus padres cuando no el desarraigo. A otros los asusta graduarse y no conseguir empleo. Hay un grupo que le da de comer al dicho "guarda con lo que deseas, puede cumplirse" y teme trabajar en su profesión. Al margen de dudas hay una certeza y es que se trata de seguir un camino conocido, el de estudiar.
Adrián Ramírez estaba a pasos de otro tipo de cambios, de los que muchos desean, de los que suelen concluir en fiestas, bailes, brindis. Aparte la inercia en el estilo de vida, no hallaba ninguna razón para negarse al cambio. Un solo motivo alcanzaba para frenarlo: el miedo se lo llevaba puesto.