Brillo negro
Las personas talentosas lo consiguen. Louis Armstrong interpreta "Hello Dolly" y parece que no hubiera actividades pendientes. El piano, los vientos y su voz relajan, atraen la sonrisa. El siguiente mate no será tomado con apuro por lo que resta completar sino con la cadencia que apareja la música de un artista que no en vano está rodeado de ángelitos en un mural del aeropuerto de Nueva Orleans. Gloria a quienes, como él, nos mejoran la rutina.
Un blog variopinto, con textos ligados a pensamientos, sensaciones, descripciones, narraciones, sentimientos, ocurrencias y reflexiones sobre temas periodísticos sin correr tras primicias. Miradas acerca de lo que nos pasa, lo que nos gustaría, lo que perdimos y lo que soñamos.
29/5/12
Regalo sorpresa
"Visita inesperada" es
una película que expone claramente los bemoles de algunas migraciones en el
mundo global. Indica hasta qué punto la burocracia de los papeles puede
condenar a quien no lo merece. Revela cuánto puede ayudar al prójimo alguien
que evita estereotipar, en este caso a extranjeros. Manifiesta el valor de la
diversidad. Marca la variedad de seres que hay en cada persona.
Todo comienza cuando un docente viaja a Nueva York
por un congreso. Abre la puerta de su casa y encuentra que está ocupada por un
hombre y una mujer a los que alguien estafó, al alquilarles lo que no le
pertenecía. O sea: quienes parecen usurpadores son a su vez víctimas de un
tercero al que, como suele pasar, no se le ve la cara. El profesor podría
haberlos denunciado o echado de lo que era en definitiva su propiedad. Eligió
distinto.
A continuación, una síntesis de lo producido por
Amparo Cosio, estudiante de tercer año del Colegio San Ignacio, en la clase de
Sociología.
-El profesor no se esfuerza, siempre usa el mismo
programa. Claro que tiene otro rol en la película al ser una suerte de amigo de
la pareja de inmigrantes a la que ayuda cada vez que se ven en problemas.
-La pareja no tiene las mismas chances de vida
que el docente, en realidad son más bajas. Como no son legalmente ciudadanos,
crecen sus chances de ser arrestados o detenidos. Además, en una pequeña parte
de la película, son personas que, de no haber sido por los valores del
profesor, hubieran pasado la noche en el banco de un parque.
-La actitud del docente en términos de migración
es la de diversidad porque aceptó la cultura distinta de él y ella. Pero es
importante destacar que ellos también tuvieron esa actitud al aceptar la
cultura del docente pese a que era muy distinta. Esto es para remarcar ya que
la diversidad no puede suceder si una de las dos culturas no desea
aceptar a la otra.
-La única
parte en la que la pareja rompe un valor fue al principio, cuando Walter llega
a su departamento y Derek lo amenaza al creer que se trataba de alguien que
quería hacerle daño a su mujer.
En cuanto
a normas, la pareja las rompe pues está viviendo ilegalmente en Nueva
York. En alguna medida están cometiendo un robo ya que viven en un departamento
que no era de ellos. Sin embargo, no era su culpa por cuanto accedieron a él
engañados por quien se hizo pasar por dueño de la propiedad y se las alquiló.
-El control
social por el cual el joven Derek es deportado es injusto. Alguna gente lo
merece, pero no él ya que no había hecho nada malo. Si se lo considera desde la
ley, es bueno dado que él la está quebrantando al vivir sin permiso de
residencia, pero aun así el sistema es muy malo: lo detienen por suponer que
había tomado el subte sin pagar el boleto y la verdad es que la tarjeta
magnética para pasar no funcionaba; un malentendido es el origen de su
deportación.
-La
música es un agente de socialización muy interesante en esta historia ya
que acercó mucho a Walter y Derek, tanto que Walter se puso a aprender la
percusión extranjera que tan bien tocaba Derek. Más adelante, la música clásica
generó un vínculo entre la madre de Derek y Walter.
-Los valores
del profesor Walter están muy presentes. El primero que pude notar fue la
solidaridad que demuestra cuando le permite a la pareja quedarse en su
departamento aunque eran completamente extraños para él. Otra situación en la
cual expone su solidaridad es cuando trata de ayudar a Derek tras su detención:
deja de hacer su trabajo universitario, le busca un abogado y se lo paga. Otro
de sus valores es la generosidad; queda en evidencia cuando va con la madre de
Derek a Broadway a ver El Fantasma de la Opera. El sabía que ella amaba ese
musical, entonces la lleva.
21/5/12
La Chuchina
Por Martín Búfali
Esa mujer estaba
sentada siempre en el mismo banco de la plaza. Le faltaban unos cuantos
dientes y su cabello denotaba la prolongada ausencia de una ducha, el
olor más aún. Habia días en los que al pasar por la vereda de enfrente
me miraba fijo, la verdad que me daba miedo.
La gente nunca la
quiso, ordinaria, algo enojada con la vida, la Chuchina no aceptaba que
no le dieran nada. "Un pesito pa' la abuelita enferma" solía gritar. Yo
sé bien que no tiene ninguna enfermedad, así fue siempre. Por momentos
me dan ganas de ir a buscarla, meterla en una ducha, cortarle el pelo y
vestirla bien, luego me pregunto: ¿podría ser ella una linda mujer?
Ya no soporto pasar
cerca suyo, seguro algo me pide. Encima ese olor tan insoportable.
Cuando mis amigos se le burlan yo hago silencio, uno abrumador. Más
miedo me da que algún día se den cuenta de que no tengo la mejor mamá del
mundo.
Celular de porquería
Por Martín Búfali
Justo en ese
momento no me funcionaba el celular, pareciera que lo hace a propósito,
siempre lo mismo, cada vez que lo necesito no funciona. Quería llamar a
un amigo que vive a dos cuadras de Marilina para que me trajera
anticonceptivos. Ni siquiera un miserable almacén en ese barrio
olvidado. Pero la cosa es conmigo, siempre todo se tiene que
tornar más difícil. Por suerte la cachondez fue mas fuerte y ella
no tuvo drama en hacerlo igual. Todo perfecto, a no ser porque justo en
ese momento no me funcionó, apostaría la vida a que fue un complot con
mi celular. Es increíble, cada vez que lo necesito: no me funciona.
Estimado lector: este y otros textos coloreados por la sorpresa, la puntuación adecuada y las situaciones cotidianas contadas con originalidad están a la vista en: quetelocuento.com, sitio donde Búfali te invita a compartir sus recreos.
Más acá de los talibanes
Pensar en fanatismo suele disparar la mirada hacia Afganistán: que cómo es posible que algunos quieran matar a estadounidenses pues en ellos ven al demonio, qué cómo es que alguna gente festeje por atentados, qué como es que les hagan aprender de memoria el Corán a los niños...
Y sí, claro que es fanatismo.
La comodidad de ver defectos ajenos lleva a recordar el reciente caso de una mujer que se supone quiere a su pareja y, sin embargo, prefiere dejarla morir con tal de que no quebrante normas del buen Testigo de Jehová.
¿Está bien amar más una religión que a una persona?
El fanatismo también muestra sus garras en el fútbol. En una cultura patriarcal, allí donde la discriminación a la mujer pasa inadvertida por quienes la ejecutamos, el joven Adrián Ramírez quema a su madre con la mirada por la desubicación de preguntarle qué tal había sido su día mientras él ve un partido que ni siquiera es decisivo.
¿Está bien amar más un equipo de fútbol que a un ser humano?
Pensar en fanatismo suele disparar la mirada hacia Afganistán: que cómo es posible que algunos quieran matar a estadounidenses pues en ellos ven al demonio, qué cómo es que alguna gente festeje por atentados, qué como es que les hagan aprender de memoria el Corán a los niños...
Y sí, claro que es fanatismo.
La comodidad de ver defectos ajenos lleva a recordar el reciente caso de una mujer que se supone quiere a su pareja y, sin embargo, prefiere dejarla morir con tal de que no quebrante normas del buen Testigo de Jehová.
¿Está bien amar más una religión que a una persona?
El fanatismo también muestra sus garras en el fútbol. En una cultura patriarcal, allí donde la discriminación a la mujer pasa inadvertida por quienes la ejecutamos, el joven Adrián Ramírez quema a su madre con la mirada por la desubicación de preguntarle qué tal había sido su día mientras él ve un partido que ni siquiera es decisivo.
¿Está bien amar más un equipo de fútbol que a un ser humano?
12/5/12
No te enfermes de periodismo
Su tío Luis le hablaba a Adrián Ramírez sobre una nota que debe haber escrito Osvaldo Raúl Orcasitas (ORO) en la revista El Gráfico. Era acerca de Oscar Pichi Campana. A sus 17 años, había deslumbrado en un torneo argentino de básquetbol en el que falló dos tiros libres decisivos. Don Luis recordaba el tino del periodista para eludir el exitismo y para contextualizar la actuación del basquetbolista.
-Pedirle perfección a un ser humano es desubicarse, más si ese ser humano recién tiene 17 años -le decía.
-Pero hay muchos periodistas que están agazapados esperando que los futbolistas como Dybala, el pibe de Instituto, juegue mal para caerle encima -replicaba Adrián Ramírez.
-Seguro, los mismos que criticaron a Riquelme cuando erró un penal en semifinales de la Liga de Campeones jugando para el Villarreal, sin mirar que gracias a Riquelme ese equipo menor había llegado tan alto por primera vez en su historia.
-Sí, los que son capaces de cambiar un comentario de un minuto para otro a causa de un gol.
-Si fuera por ellos, nadie se animaría a ejercer cargos porque ellos dividen el mundo en dos: la perfección y la basura.
-Si se vieran escribir o se escucharan hablar...
-Tal vez lo hagan, Adrián, pero les falte humildad para asumir que se equivocan. O tengan miedo de admitir errores porque, de tan duros que son con los otros, al notar que le están pifiando tendrían que imponerse a sí mismos el rótulo de basura.
-A mí me parece que está bien que el periodismo exija; sin ese ejercicio de control social, incumplir obligaciones o hacer mal las tareas sería casi lo mismo que hacerlas bien y nos llenaríamos de corruptos y de mediocres. La gestión política, el deporte, el arte, todo caería. Sería como si una maestra le pusiera un "muy bien!" a un nene que escribiera "Oy mi mama me yebó al colejio".
-Tal cual, Adrián, porque eso sería obsecuencia, sería elogiar lo que está mal por miedo a ser rechazado o por miedo a ser uno el que le errara cinco minutos después. En fin, tratá de no enfermarte de este periodismo ni del otro, el más difundido, el que no perdona una.
-¿Por qué?
-Si te acostumbrás a andar por la vida detectando errores, por inercia y por falta de tiempo no podrás percibir lo que hacés bien ni mucho menos sentirte contento al repasarlo.
Su tío Luis le hablaba a Adrián Ramírez sobre una nota que debe haber escrito Osvaldo Raúl Orcasitas (ORO) en la revista El Gráfico. Era acerca de Oscar Pichi Campana. A sus 17 años, había deslumbrado en un torneo argentino de básquetbol en el que falló dos tiros libres decisivos. Don Luis recordaba el tino del periodista para eludir el exitismo y para contextualizar la actuación del basquetbolista.
-Pedirle perfección a un ser humano es desubicarse, más si ese ser humano recién tiene 17 años -le decía.
-Pero hay muchos periodistas que están agazapados esperando que los futbolistas como Dybala, el pibe de Instituto, juegue mal para caerle encima -replicaba Adrián Ramírez.
-Seguro, los mismos que criticaron a Riquelme cuando erró un penal en semifinales de la Liga de Campeones jugando para el Villarreal, sin mirar que gracias a Riquelme ese equipo menor había llegado tan alto por primera vez en su historia.
-Sí, los que son capaces de cambiar un comentario de un minuto para otro a causa de un gol.
-Si fuera por ellos, nadie se animaría a ejercer cargos porque ellos dividen el mundo en dos: la perfección y la basura.
-Si se vieran escribir o se escucharan hablar...
-Tal vez lo hagan, Adrián, pero les falte humildad para asumir que se equivocan. O tengan miedo de admitir errores porque, de tan duros que son con los otros, al notar que le están pifiando tendrían que imponerse a sí mismos el rótulo de basura.
-A mí me parece que está bien que el periodismo exija; sin ese ejercicio de control social, incumplir obligaciones o hacer mal las tareas sería casi lo mismo que hacerlas bien y nos llenaríamos de corruptos y de mediocres. La gestión política, el deporte, el arte, todo caería. Sería como si una maestra le pusiera un "muy bien!" a un nene que escribiera "Oy mi mama me yebó al colejio".
-Tal cual, Adrián, porque eso sería obsecuencia, sería elogiar lo que está mal por miedo a ser rechazado o por miedo a ser uno el que le errara cinco minutos después. En fin, tratá de no enfermarte de este periodismo ni del otro, el más difundido, el que no perdona una.
-¿Por qué?
-Si te acostumbrás a andar por la vida detectando errores, por inercia y por falta de tiempo no podrás percibir lo que hacés bien ni mucho menos sentirte contento al repasarlo.
9/5/12
Discriminación, producto muy demandado
Elva Colli, alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores de la Universidad Nacional de Río Cuarto, invita a mirar al otro con amor.
Quienes
discriminan dan un trato inferior a los derechos y las consideraciones sociales
de las personas, organizaciones y estados.
Hacen
esta diferencia ya sea por el color de la piel, etnia, sexo, cultura, religión
o ideología.
Los
individuos que discriminan tienen una visión distorsionada de la esencia del
hombre y creen estar en un escalón más arriba que otros grupos, suponen que de
esa “Altura” pueden juzgar al resto. Muchas veces este rechazo se manifiesta en
miradas odiosas o con la falta de aceptación en lugares públicos trabajos o
escuelas, actos que menoscaban a las personas rechazadas.
Los
afectados en la mayoría son individuos pertenecientes a las llamadas minorías.
Son pequeños grupos.
Dentro
de una sociedad, otros son grupos mayores, también entran en la discriminación.
Aquellos
que optan por estos actos encuentran muchas razones para hacerlo.
Son personas a las que les agrada la violencia.
El
prejuicio a ciertas comunidades hace que las personas que las integran sean consideradas negativamente antes de ser conocidas. Son generalizadas y rechazadas. La
intolerancia, el rechazo y la ignorancia en la mayoría de los casos son
determinantes para el nacimiento de conductas discriminatorias.
Las
creencias populares pueden convertirse en propulsoras del odio. Los judíos son
avaros, los gitanos ladrones, los coreanos sucios a igual que los chinos, el que
tiene la tez trigueña es cabecita, los bolivianos son inmigrantes ilegales o
bolitas.
Estos
ejemplos son crueles e injustos de nuestra sociedad.
Por
color, la raza negra es una de las más castigadas desde los periodos coloniales,
fueron víctimas de la esclavitud.
Los
nativos americanos tras lo que llamamos "conquista"… fueron tratados como
animales, civilizaciones exterminadas por falta de comprensión de—los llamados
civilizados europeos.
En pleno siglo 21 la discriminación continúa.
Las personas discapacitadas son las más afectadas en nuestro país por la discriminación. Para ellos es difícil o imposible conseguir trabajo, obtener una buena atención medica para el problema de cada uno ,ya que todos requieren un tratamiento distinto, otra dificultad es conseguir instituciones educativas acordes a sus necesidades y recursos económicos
Ya
se sabe que los que tienen una buena posición no tienen por que preocuparse: el
señor dinero es un buen caballero.
Los
que dependen de instituciones publicas deambulan por distintos lugares para
poder mejorar su salud -el Estado no brinda el respaldo adecuado, aún hay muchas cosas que corregir-.
A los que tienen discapacidad física y utilizan sillas de
ruedas o bastones les es muy difícil si no imposible circular por la vía pública. En la mayoría de los barrios tienen que
circular por la calle no solo ellos,
también por falta de veredas otros peatones lo tienen que hacer, con el
peligro que esto representa para la vida.
En
el centro de nuestra ciudad hace poco tiempo se están realizando rampas en las
esquinas de las veredas. Las discapacidades existen no solo en el centro, en todos los
barrios también viven personas que se
sienten discriminadas. Seamos solidarios.
No
a la discriminación
La
raza humana puede ser comparada con una paleta de colores. Todos diferentes,
cada uno con una cualidad especial, algo
que lo hace bello. Algún que otro parecido pero, al final distintos.
Los
hombres y las mujeres somos iguales a los colores, todos distintos pero todos, al fin y al cabo,
humanos.
5/5/12
Quizás algún día
“No pateé el penal por miedo”. La frase está prohibida
en el mundo del fútbol, el mismo que les sonríe a las cábalas…
Quien necesita usar una cinta roja o dar con la
derecha su primer paso en el campo de juego teme que el resultado sea adverso.
Pero de ahí a admitirlo hay una distancia que se agiganta si se habla de
explicitarlo delante de un grabador. O sea que habría que premiar la valentía
del futbolista argentino que se animase a decir que le dan miedo algunas situaciones.
Ojalá llegue pronto el día en que deje de ser vergonzante esta confesión. De ninguna manera se trata de hacer apología del
miedo. Quien lo padece, sabe que encarcela sin rejas ni guardias. Apenas se
busca llamar la atención respecto de absurdos patrones del fútbol argentino, la
intolerancia, el desprecio a la psicología y la falsedad entre ellos.
2/5/12
¡De verdad, creeme!
En esa clase estaban hablando de la verdad. Inicialmente
asumieron que era la correspondencia entre expresiones y hechos, de tal modo
que si alguien veía un marcador de tinta negra y afirmaba que eso era un
marcador de tinta negra estaba diciendo la verdad.
Otro alumno señaló que 4 es el verdadero resultado de 2+2.
Tras la siguiente intervención del profesor, preguntó:
-¿Se puede considerar mentiroso a alguien que dice 2+2 es 5 si está convencido de que es así?
La respuesta fue que “estar equivocado en cuestiones técnicas
no nos convierte en mentirosos. Yo le pifio matemáticamente si, ignorando el resultado,
digo 2+2 es cinco. Ahora bien, si conozco que la suma da cuatro y aseguro que 2
y 2 son cinco, lo mío no es apenas un error artimético sino una mentira”.
Julieta García recordó que en su libro Etica para Amador,
Fernando Savater plantea que la valoración de la mentira depende del contexto:
si uno sabe dónde se guarece una persona perseguida por un asesino, mejor que
se olvide de la sinceridad. “La vida vale más que la verdad”.
-¿Y cuál es su verdad sobre sí mismo? –lo interrogó Adrián
Ramírez.
El docente zafó con una generalidad que armó basado en vidas
ajenas, partes de la propia y textos varios.
-Le agradezco la pregunta y le pido paciencia porque me cuesta
ser directo. A veces uno se construye certezas por miedo a romper una tradición
familiar o expectativas sociales. Siento que muchas personas se casan porque es
lo que les inculcan, así como más de uno elige vestir jeans no por gusto propio
sino para no desentonar.
Ahora bien, querido Adrián y todo el curso, hay gente que elige
vivir sola aunque esté rodeada de parejas y matrimonios no por valentía para
ser distinta sino por temor a un cambio. Si no son conscientes de su miedo,
hacemos mal si los rotulamos como personas que se mienten a sí mismas. ¿Se
entiende?
-Sí –contestó Julieta, que había leído algo de Paloma
Marchese-. Lo que pasa es que el autoconocimiento puede ser doloroso. Es como
en un capítulo de Vulnerables en el que el personaje de Alfredo Casero dice que
está mejor cuando se sube a la camioneta con la que hace los fletes que durante
las sesiones de terapia grupal.
-¿Dirías entonces que estudiarnos para saber quién somos puede
ser espinoso?
-Obvio.
-Pero es necesario para vivir nuestra verdad sin confundirla
con lo que nos parece verdadero en nosotros a partir de un análisis superficial
o desde una evaluación regida por el miedo.
-No entiendo, profesor.
-Gracias por decirlo, Adrián. Imaginá un alumno al que le da
fiaca hacer talleres de orientación vocacional. No indaga en la profundidad de
su mente ni de su alma para averiguar qué quiere hacer el año siguiente al
secundario. Muchos de sus familiares y amigos le cuentan que Abogacía es una
linda carrera y que además tiene buena salida laboral. El muchacho se anota en
la carrera y, como tiene facilidad para el estudio y le caen bien compañeros y
profesores, se recibe. Un día, durante su ejercicio profesional, empieza a
sentir que no está allí su bienestar. Sin embargo, como de algo hay que vivir,
sigue trabajando de abogado.
Dado esto, ¿en qué situaciones dirías que el
hombre se miente a sí mismo?
a) Cuando se anota en Abogacía.
b) Cuando trabaja
sin conocerse demasiado.
c) Cuando sigue siendo abogado pese a darse cuenta de
que no es esa su vocación.
La segunda pregunta fue: “¿Cuándo queda más cerca de alcanzar
la felicidad?”.
Tras los pedidos de que repitiera la consigna, al docente no
le quedó otra que escribirla. Cuatro días después, por su manía de cuantificar
todo, hizo este balance:
-Siete alumnos contestaron que el abogado se acercaba a la
felicidad al descubrir quién era y que, al elegir la carrera, no se mentía sino
que se equivocaba debido a que su autoevaluación era superficial.
-Cinco alumnos escribieron que la socialización primaria suele
confundir nuestra voz con la voz de los demás. Acerca
de la felicidad, señalaron que muchos la confunden con estar contento y por
eso, si sus autoanálisis les generan dolores de cabeza, los cortan, eligen
cualquier carrera y van por la vida sin mayores frustraciones. No tienen intención de autoengaño, simplemente
les falta conciencia de sí.
-Dos respondieron que el estudiante se equivoca, no se miente,
cuando elige su carrera. Optaron por sostener que sí se engaña al seguir con
aquello que, ha descubierto, no le gusta.
-Uno compartió lo dicho por los dos alumnos anteriores. Añadió
que no se animaba “a condenar al abogado que sigue desempeñándose como tal
porque a todos nos hace falta la plata”.
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