No te enfermes de periodismo
Su tío Luis le hablaba a Adrián Ramírez sobre una nota que debe haber escrito Osvaldo Raúl Orcasitas (ORO) en la revista El Gráfico. Era acerca de Oscar Pichi Campana. A sus 17 años, había deslumbrado en un torneo argentino de básquetbol en el que falló dos tiros libres decisivos. Don Luis recordaba el tino del periodista para eludir el exitismo y para contextualizar la actuación del basquetbolista.
-Pedirle perfección a un ser humano es desubicarse, más si ese ser humano recién tiene 17 años -le decía.
-Pero hay muchos periodistas que están agazapados esperando que los futbolistas como Dybala, el pibe de Instituto, juegue mal para caerle encima -replicaba Adrián Ramírez.
-Seguro, los mismos que criticaron a Riquelme cuando erró un penal en semifinales de la Liga de Campeones jugando para el Villarreal, sin mirar que gracias a Riquelme ese equipo menor había llegado tan alto por primera vez en su historia.
-Sí, los que son capaces de cambiar un comentario de un minuto para otro a causa de un gol.
-Si fuera por ellos, nadie se animaría a ejercer cargos porque ellos dividen el mundo en dos: la perfección y la basura.
-Si se vieran escribir o se escucharan hablar...
-Tal vez lo hagan, Adrián, pero les falte humildad para asumir que se equivocan. O tengan miedo de admitir errores porque, de tan duros que son con los otros, al notar que le están pifiando tendrían que imponerse a sí mismos el rótulo de basura.
-A mí me parece que está bien que el periodismo exija; sin ese ejercicio de control social, incumplir obligaciones o hacer mal las tareas sería casi lo mismo que hacerlas bien y nos llenaríamos de corruptos y de mediocres. La gestión política, el deporte, el arte, todo caería. Sería como si una maestra le pusiera un "muy bien!" a un nene que escribiera "Oy mi mama me yebó al colejio".
-Tal cual, Adrián, porque eso sería obsecuencia, sería elogiar lo que está mal por miedo a ser rechazado o por miedo a ser uno el que le errara cinco minutos después. En fin, tratá de no enfermarte de este periodismo ni del otro, el más difundido, el que no perdona una.
-¿Por qué?
-Si te acostumbrás a andar por la vida detectando errores, por inercia y por falta de tiempo no podrás percibir lo que hacés bien ni mucho menos sentirte contento al repasarlo.