¿Qué pensarán?
El futbolista García hoy va a kinesiología por una distensión. Mañana le tocan masajes por una contractura. La semana que viene, tratamiento con calor por una molestia en la planta del pie y un poco de gel para aliviar el gemelo. La otra, calmantes para un dolor en el hueso 298.
Mientras él está acostado en una camilla, sus compañeros corren: pasadas, trote, ejercicios anaeróbicos.
El domingo, miles de plateístas y de abonados a la popular corean el nombre de García y sienten que los burros son los que sudan toda la semana.
¿Cómo se sentirían esos hinchas si un compañero de oficina estuviera siempre así de inhabilitado para la dura fajina y fuera el más elogiado por el jefe y su familia? ¿Cuánto creerían en el dolor de alguien que se enferma para el silencio de los entrenamientos y se sana cuando lo esperan miles de aplausos?
La culpa no es de García, ni de los que lo asocian a Riquelme.
El futbolista García hoy va a kinesiología por una distensión. Mañana le tocan masajes por una contractura. La semana que viene, tratamiento con calor por una molestia en la planta del pie y un poco de gel para aliviar el gemelo. La otra, calmantes para un dolor en el hueso 298.
Mientras él está acostado en una camilla, sus compañeros corren: pasadas, trote, ejercicios anaeróbicos.
El domingo, miles de plateístas y de abonados a la popular corean el nombre de García y sienten que los burros son los que sudan toda la semana.
¿Cómo se sentirían esos hinchas si un compañero de oficina estuviera siempre así de inhabilitado para la dura fajina y fuera el más elogiado por el jefe y su familia? ¿Cuánto creerían en el dolor de alguien que se enferma para el silencio de los entrenamientos y se sana cuando lo esperan miles de aplausos?
La culpa no es de García, ni de los que lo asocian a Riquelme.