Lecturas, aprietes y omisiones
Elio está tan convencido de que los clientes se complotan que cuando le dicen "no" él escucha "tampoco".
Abundan los errores de interpretación por el estilo. "Quienes critican al gobierno son acusados de no ser patrióticos o, peor, de ser peones de las potencias occidentales que intentan destruir Turquía", afirma la novelista Elif Shafak.
También son numerosos los que prefieren callar crímenes guiados por el criterio de no dar una mala imagen del país.
El 20 de junio de 1973 quedó marcado para la Argentina por la masacre de Ezeiza, en ocasión del regreso de Juan Domingo Perón al país al cabo de 18 años de exilio. Aún hoy faltan precisiones relativas a la cantidad de muertos que hubo en cercanías del aeropuerto por los enfrentamientos entre violentos sectores justicialistas.
La producción "Documenta", disponible en Youtube, expone con meridiana claridad cómo suele primar el silenciamiento de datos bajo la idea de que divulgarlos perjudica a la nación. Asimismo, demuestra el poder del miedo como mecanismo de control social.
Entrevistado por un periodista, un médico reporta que "fueron lentamente apareciendo heridos y varios muertos que vimos nosotros personalmente". Agrega que "heridos así de importancia después vi en el policlínico de Ezeiza, ahí fundamentalmente con balas a nivel de cráneo, o sea que la mayoría de las balas fueron tiradas desde la altura y que se hablaba que se tiró desde el palco y desde árboles".
Al instante, aparece alguien que le dice al cronista: "Te lo pido por favor, te lo pido por favor. Escuchame, me estás filmando, esto es malo para el país".
La entrevista se reanuda y ahora el diálogo con el médico tiene otro tono:
"Fue una jornada que había un millón, por lo menos dos personas que iban alegremente a disfrutar un día de alegría evidentemente popular y que evidentemente se tronchó totalmente por una actitud que no está muy clara cómo se originó. Evidentemente, nadie de los que estaba ahí vio muy claramente cómo fue el origen o la zona desde donde se estaba...".
El periodista interrumpe para acotar: "Al margen de esta perturbación, doctor, tres millones de personas estaban en Ezeiza. ¿Usted notó que en algún otro lugar de esta extraordinaria aglomeración nunca vista en el país hubiera algún otro tipo de desmán, algún otro tipo de disturbio?".
-No, la zona donde yo estuve y estuvimos recorriendo toda la (autopista) Ricchieri prácticamente no se vio nada más que alegría, gritos y nada más, no había situaciones de tensión prácticamente en ningún momento.
Todos saben que el sol no puede taparse con la mano. Pero eso porque el sol sale para todos y porque nadie puede impedirlo. Las noticias, en cambio, aparecen si alguien lo decide y de la forma en que alguien lo decide. Lo ilustra la película Argo, basada en el rescate de trabajadores de la embajada estadounidense en Irán en 1979.
Tranquilo, lector, el final de la obra de Ben Affleck no es parte de este relato.