Ciudadano ilustre: volver a la tierra marchita
Alguien
escribe miserias y otros aspectos de su pueblo natal guiado por aquello
de "al que le quepa el sayo, que se lo ponga". Con la ventaja de
testimoniar del otro lado del Atlántico y no trabajar en relación de
dependencia, el hombre dispara con belleza verdades que incomodan. Se
anima a criticar quienes lo consagran Nobel de literatura en plena
ceremonia de premiación.
Un intendente oportunista resuelve
declararlo ciudadano ilustre, la vanidad hace el resto y entonces Daniel
Mantovani regresa a Salas.
Como dijo una sabia mujer, se da cuenta
de qué podría haber sido de su vida de quedarse allí. Los personajes son
una galería que aterra.
La
entrevista del canal de TV de Salas al Nobel de literatura está
atravesada por la publicidad de un jugo; los virus mediáticos atacan
tanto a las transmisiones de las grandes ciudades como las de los
pueblitos.
El lugar está dominado por hombres millonarios de
actitudes miserables, incapaces de asumir que sus cuadros lastiman al
arte, de respetar a sus esposas o de aceptar que crecer en un campo no
garantiza prosperar en otros.
La violencia rige y con ella, el
miedo. Cualquiera se siente con derecho de exigirle al ciudadano ilustre
que vaya a almorzar a su casa, de pedirle una silla de ruedas y de
ofenderse si la respuesta es no. Basta un enojo del capanga para que las
clases públicas se hagan cada vez menos concurridas.
La
ignorancia mantiene su dictadura de décadas en Salas. Lo pasa bien
quien -aguda observación de un adulto mayor- ha optado por vivir sin pensar, usando su voz para imitar a los
chanchos y no para preguntar al menos por el nombre de un libro. Envejece
amargamente la que cumplió el mandato y se casó con un hombre que no
concibe la vida sin recurrentes visitas al prostíbulo que ni siquiera
siente debe ocultarle a su mujer, su propiedad.
Se le requiere a un
premio Nobel que integre el jurado de un concurso de pintura para
prestigiarlo. Pero dado que "usted se va y yo tengo que seguir viviendo
en el pueblo", el intendente le pide que renuncie a todo lo que sabe y
vote como si fuera estúpido. Ojalá Salas fuera solo un pueblo de la muy
buena película "Ciudadano ilustre"...
"Apátrida"
es la agresión verbal de un matón de Salas contra el escritor Daniel
Mantovani. Pasa con los necios: perciben las verdades como ataques y
responden con injurias. Subidos al poder que suelen deparar la riqueza y
la coerción, irrumpen por doquier pues sienten que de todo saben.
Sin moralina, "Ciudadano ilustre" expone de modo meridianamente claro las consecuencias de la soberbia.