6/9/17

Esa costumbre de endiosar gente
Muchos ateos caen en la tentación de encontrar en los jugadores de fútbol el dios que niegan más allá. De tal error, consecuencias no deseadas: se exacerban las críticas a quienes lo acompañan -el 10 argentino no se equivoca- o se rompe el altar que en el próximo partido se vuelve a levantar en homenaje a Lionel Messi.
El hombre demuestra, con demasiada frecuencia vestido de celeste y blanco, su falible naturaleza.
Recordarlo, estimados adoradores suyos, servirá para evaluar con más justicia también a los diez que lo rodean. ¿O frente a Venezuela la culpa fue del fantasma de Higuaín?