"¡Que grite el pueblo nuevo/ La Colmena también/ que si gritamos todos/ hoy ganamos otra vez!". Javier le cuenta que este era uno de los cantitos de la hinchada de Municipal a fines de los 1980s. Agrega nombres de jugadores como Omar Carranza, El Pato Pezella, El Chavo Reder, El Valor Alaniz, Walter Gómez, El Empanada...
Le muestra el paredón que da a la rotonda y por el que más de uno se colaba para ver los partidos y recibía asesoramiento de los más experimentados para no quedar tan a la vista:
.Venga, compadre, por acá es mejor -se oía detrás del galpón de la cancha de bochas del club, por donde el acceso impago era mas discreto.
Javier tiene que explicarle qué es colarse y le suma la anécdota de Lucas, el nene que en una prueba de lengua castellana en quinto grado respondió que "sangría es lo que toma papá en el entretiempo mientras sus amigos piden dos medios con soda".
Javier sigue refiriendo situaciones. Le habla del periodista sorprendido al ver vino con coca en el vaso después de que el preparador físico ordenara "dos cortaditos" al cantinero. Jennifer toma otro trago de cerveza Córdoba y sonríe. Pregunta si es cierto que un zaguero central apodado "Gillette" jugó en Municipal y pasó a Alberdi en 1985.
Enrique aprovecha y empíeza a hablar del Mercedario. De "Clavo de olor", el vendedor de praliné al que cargaban porque un día llevaba una canasta de mimbre así de grande y dos domingos después cargaba sus golosinas en una cajita de cartón.
Ella se ríe de la vez en que un vendedor de gorritos albicelestes, en 1991, ofreció "el último que me queda" y recibió un azote tribunero: "Quedátelo vos, así te tapás los cuernos".
Disfruta imaginando a Oyola, un hombre grande, flaquito, de permanente cigarrillo en la boca, que rompió su camisa forcejeando para ir a pelear con un rival de 2 metros y más de 100 kilos que evitó abusar de la diferencia.
Fue la tarde en que Chochó, empleado públio local, gritó los cuatro goles de Alberdi 2- Municipal 2.
Jennifer Aniston supone que la celebración era por la calidad de los goles y que el hombre era un hincha del fútbol. Hay que aclararle que era de Alberdi, pero esa tarde calurosa de febrero estaba borracho.
Enrique
le narra, gracias a la memoria del viejo sabio, las risas que despertó
El Turquito Jaluf, delantero de Alberdi, cuando zapateó el duro campo de
juego a espaldas de un rival que, quizás por la tierra que se levantó,
se asustó y perdió la pelota. Ella se enternece al oír hablar de Dei Dei
y del Tío Gauna, un hincha más bueno que el pan y un zaguero central
recio, guapo, de los que tanto revolean un contrario que se va al gol
como ejecutan un penal que quema en el último minuto.
Jennifer intenta suponer qué tal eran las previas con los cuartetos que sonaban en la cancha y en Gran Club Casino, programa que Canal 12 pasaba a la siesta los sábados.
Le cuesta elegir, pero lo hace: Jennifer Aniston respeta mucho a Municipal, pero se ha hecho hincha de Alberdi.
Jennifer intenta suponer qué tal eran las previas con los cuartetos que sonaban en la cancha y en Gran Club Casino, programa que Canal 12 pasaba a la siesta los sábados.
Le cuesta elegir, pero lo hace: Jennifer Aniston respeta mucho a Municipal, pero se ha hecho hincha de Alberdi.