Ofensas y curiosidades
En la tercera prueba para ingresar como redactor en el diario, Adrián
Ramírez tenía que escribir algo sobre la base de una canción de Lerner
(al editor le encantaba) relativa a las contradicciones. Aquí, su
producción:
Entre sus atributos, el género humano tiene una inmensa capacidad para sorprender y vivir entre sus contradicciones.
En su nota "Los cien años del capitán eterno", Ezequiel Fernández
Moores señala en La Nación del 20/9/17 que Obdulio Varela, futbolista
uruguayo, "antes de subir al avión rumbo al Mundial de 1950, "exigió a
sus compañeros que saludaran uno por uno a Matías González, carnero en
la huelga que él había liderado. 'Si no hay unidad -dijo una vez- pueden
jugar los mejores once del mundo que no le ganan a nadie'".
Varela antepuso la selección uruguaya a su propio orgullo y dio la
bienvenida a quien le había roto un paro que él conducía. El bien común
futbolero le ganó a su narcicismo herido y así empezó Uruguay a
conquistar la copa del mundo de 1950, coronada con el 2-1 sobre Brasil
en elúltimo cotejo.
¿Qué habría pasado si Diego Maradona hubiera
hecho las paces con Ramón Díaz, goleador de la exigente liga italiana
'89/90? ¿Argentina hubiera disputado la final con Gerardo Dezotti como
delantero? ¿Hubiera llegado tan lejos? Preguntas sobre supuestos, aunque
basadas en un hecho indesmentible. El 10 proscribió a Díaz, a sabiendas
de que era un jugador valioso.
El mismo Obdulio Varela que hizo a un costado su enojo con el futbolista que
le quebró una huelga decidió, tal lo cuenta Ezequiel Fernández Moores en
La Nación, "no festejar el Mundial con dirigentes que en la previa
aceptaban una derrota de hasta 4-0 y luego se autoconcedieron medallas
de oro".
Más que una opción que ante un paro contradecía a la suya
lo ofendía que lo subestimaran como jugador y le usurparan los méritos.
De sensibilidad particular, el capitán uruguayo campeón de Mundial de
1950, fue "a embriagarse hasta las siete de la mañana con los
brasileños" pues, dijo, "mi patria es el pueblo que sufre".