Leon Tolstoi es el autor de un libro que supera las mil páginas. No es la guía telefónica de Buenos Aires ni el catálogo de mujeres de Nueva York. Es una historia acerca de imperios, de generales, de mezquindades, de arrojos, de amores y deslealtades. Sin pretensión de elaborar una crítica-para eso habría que leer la obra completa-, van expresiones que revelan la capacidad de este hombre para llegar al alma humana y para dejar mensajes relativos a miedos, creencias, valores, personalidades, costumbres, dudas, entre tantos conceptos que manejamos y que nos llevan por delante en la vida cotidiana.
Ejemplos:
a) Unos cuantos enamorados pueden sentir que les pega en el ojo este tramo, de la princesa María respecto del príncipe Anatol, que tan bien recrea la sensación "me parece que se da cuenta de que me gusta": "Trato de contenerme porque en el fondo de mi alma me siento demasiado cerca de él; pero no sabe lo que pienso y tal vez se imagina que no me resulta simpático".
b) La princesa María debe decidir en una hora si acepta una propuesta matrimonial. El escéptico Nikolai, su padre, la conmina: "Ya sé que vas a rezar. Está bien, puedes hacerlo, pero es mejor que lo pienses".
c) Tras decir "No" en una situación en la que 99 de cada 100 habrían dado el "Sí", María afirma: "Mi misión es ser feliz por medio de otra dicha, la del amor y la de la abnegación".
d) Los que gusten de armar duplas entre quienes no fueron contemporáneos pueden asociar mediante la confusión a Joaquín Sabina ("No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamas sucedió") y Tolstoi : "Había deseado tan ardientemente realizar aquello, sentía tanto no haberlo logrado, que acabó por creer que las cosas habían sucedido así".
e) "Todos cumplían el deber de saludar a la vieja y desconocida tía, que a nadie le interesaba".
f) "Era ése el momento que precede a la comida en que los invitados no inician una conversación prolongada en espera de que los llamen a tomar los entremeses, pero en el que consideran oportuno charlar para no mostrar impaciencia por sentarse a la mesa".
g) "Natasha se enorgullecía de que la tratasen como a una persona mayor, pero, al mismo tiempo, se sentía intimidada".
h) "Eso no está bien! -dijo echándose a reír con aquella risa seca, fría y desagradable, como lo hacía siempre, solo con la boca y no con los ojos".
i) "Y volviéndose hacia el ayudante de campo, el general se dirigió hacia las tropas con sus andares vacilantes. Era evidente que su propia irritación le había agradado y que, al pasar revista a la tropa, deseaba encontrar otro motivo más para irritarse" (prohibido mentir diciendo que no hemos celebrado la aparición de algún bicho fácil de pisar ni bien salimos de una flor de bronca).
j) "Oh! Excelencia -intervino Jerkov sin quitar la vista de los húsares y siempre con ese tono ingenuo que no permitía saber si hablaba en serio o no-".