Una vida distinta
-¿Cómo te resultaron los primeros domingos en la Argentina? -le preguntó Adrián Ramírez a Alex, un inglés que vivió tres años en Lanús por su trabajo como investigador.
-Un poco duros.
La respuesta, clara y acompañada por el gesto amable de siempre en ese docente que enseñaba fonética, da la pauta de lo que son los tiempos iniciales en muchas migraciones.
-Extrañaba porque en mi familia siempre nos juntábamos los domingos, de todos modos estábamos bien con mi señora -fue la siguiente frase.
El silencio se siente. Más todavía si a las seis de la tarde los cafés están cerrados y los que aún tienen clientes empiezan a poner las sillas arriba de las mesas.
"Ya me conozco la ciudad de memoria", lamentó por entonces Marina, una joven que empezaba la segunda de sus tres semanas de capacitación en Oxford.
Por eso es que el lunes, con la vuelta a clases, en ocasiones así es motivo de celebración.