15/7/13

Discriminación
"Yo tengo un barco viejo, me llaman pirata y porque tú tienes una flota te llaman conquistador", cuentan que le dijo un corsario prisionero a Alejandro Magno.
Una de las primeras objeciones a esta sugerente frase es que tal vez Alejandro Magno haya tenido distintas intenciones que el pirata, que la diferencia no haya sido únicamente cuantitativa. De todos modos, inquieta notar que, por lo común, el sistema penal argentino condena al del barco viejo y enaltece al de la flota.  Que las cárceles estén pobladas en un 90 por ciento por los más pobres no significa que sean ellos los más deshonestos. Para muestra basta señalar que fortunas habidas en la oscuridad reciben el beneficio del blanqueo. O apuntar que el hilo de la trata de personas se corta por las que ponen el cuerpo y no por quienes las esclavizan.