Momentos feos
Te metiste a decir verdades inconvenientes.
Te dejaste llevar por los compañeros que te llenan la cabeza, pero después no hablan.
Te mordiste la lengua porque, con paciencia, más tarde, lo ibas a plantear sin agredir.
Te pareció que tenías tiempo y no te alcanzó para estudiar justo lo que te tomaron.
Te levantaste de la mesa y al volver del baño faltaban los lentes.
Te pusiste a revisar los mensajes y supiste que tu jefe estaba enojado con vos.
Te despertaste quince minutos antes de que sonara el despertador.
Tranquilo. Al menos tenés tiempo y conciencia.
Te metiste a decir verdades inconvenientes.
Te dejaste llevar por los compañeros que te llenan la cabeza, pero después no hablan.
Te mordiste la lengua porque, con paciencia, más tarde, lo ibas a plantear sin agredir.
Te pareció que tenías tiempo y no te alcanzó para estudiar justo lo que te tomaron.
Te levantaste de la mesa y al volver del baño faltaban los lentes.
Te pusiste a revisar los mensajes y supiste que tu jefe estaba enojado con vos.
Te despertaste quince minutos antes de que sonara el despertador.
Tranquilo. Al menos tenés tiempo y conciencia.