22/12/15

Alegre gran amor 
En el examen que no preparó, la profesora Julieta García resolvió tras llenar el libro de temas que la segunda consigna sería un texto de 13 líneas relativo al amor.
Adrián Ramírez aprovechó su condición de hincha de Boca, sus memorias compartidas con el padre, sus lecturas del blog Imborrable Boca y escribió:
"Don Antonio Alegre fue un hombre que puso cientos de miles de pesos desde el anonimato para que jugadores como Vicente Pernía renovaran contrato en Boca.
A fines de 1984, cuando el club tenía embargadas hasta las sillas del directorio, aceptó ser presidente. Siguió aunque la lista de unidad se partió. Tragó amargura cuando la barrabrava, que apoyaba a su contrincante, cantaba semana a semana ante miles de hinchas: "Yo voto por Armando porque Alegre está robando". Se sobrepuso a esas puñaladas de injusticia y a los piedrazos con los que los violentos atacaron a la hija de su vicepresidente, disconformes por la elección perdida a fines de 1986. Perseveró pese a que la barra cometía desmanes, protagonizaba incidentes, mataba.
La de veces que su familia le habrá preguntado para qué presidir el club; si quería ayudarlo, bien podía aportar dinero. Alegre quizás sabía que, si una institución está desquiciada, poner plata dista poco de hacer nada.
Cuentan también en Imborrable Boca, una enciclopedia xeneize de curiosidades, que Alegre, bonachón de la cabeza a los pies, abría el club para que allí se bañaran chicos que jugaban al fútbol en el barrio.
Alegre perdió frente a los barras de Boca. Virtualmente solo en un fútbol enviciado, cercado por partidos políticos que usaron a los violentos para musicalizar actos y conquistar por la fuerza lo que no llega por la razón, notó que hay sistemas donde las buenas intenciones se entierran sin florecer.
Acaso porque su vida no salió de un libro de cuentos infantiles, la tarde en que perdió las elecciones en diciembre de 1995 y se empezó a despedir del club, Boca cayó 4-6 ante Racing y cedió definitivamente el liderazgo del torneo Apertura.
En 1999, Alegre fue otra vez derrotado en las urnas por Mauricio Macri. 2010 fue el año de su muerte. Don Antonio se marchó como había arribado al club, sin aspavientos. Como inmenso hombre que amó a Boca, transformó un 1-1 pobretón un viernes por la noche con Estudiantes de La Plata en una jornada inolvidable en la que futbolistas de ambos equipos hicieron un círculo en el centro de la cancha para tributarle póstumo respeto.
Inmortal, Alegre está en el bronce del amor a la camiseta.

Estimada profesora: baje la nota tranquila. Sé que me pasé en las líneas. Digamos que resignar puntaje es mi muy pequeño acto de amor hacia el entrañable Antonio Alegre".