Revanchas picantes
Beto Sánchez, 43 años, flamante desempleado. Sus búsquedas de
trabajo terminan en promesas de explotación, negativas por considerarlo
demasiado bueno para el cargo y desprecios por culpa de quien lo
recomienda.
El deterioro arrastra la atención médica a su padre, a
quien ya no puede llevar a una clínica y tiene que dejar en un hospital,
lugar donde nace un juramento: venganza contra los que, a su criterio,
sumieron a Beto en la miseria.
La lista empieza con
la maestra de grado que décadas atrás le enseñó "todas mentiras", tal
cual les grita él a los niños de hoy, que lo escuchan con mucho más
interés que a ella.
El rencor se hace extensivo a un coronel que lo
maltrató en el servicio militar y a un sacerdote al que acusa de
haberlo llenado de culpas. Otro de sus desquites es con una novia de
juventud que, por demorar su entrega amorosa plena, llevó a Beto a pasar
"dos años arreglándome solo". Su memoria deja al desnudo a un amigo que
olvidó la identidad barrial para convertirse en exitoso empresario y
reprocha a un jefe que le auguró una prosperidad que jamás le llegó.
La madre, azorada por los cambios de Beto, conserva su amor a prueba de balas.
Sin moralina, "Las venganzas de Beto Sánchez" invita a reír,
sorprenderse y pensar, por ejemplo en los efectos de cambiar algunas
creencias, el impacto del revanchismo sobre quien lo practica, las
potenciales consecuencias de una debacle económica. La distancia entre
lo repetido en la primaria y lo aprendido años después, la amargura de
notar que la honestidad no es un seguro de desempleo y la percepción de
que hay armas mucho más poderosas que las palabras son otras notas de
esta película de 75 minutos dirigida por Héctor Olivera con guión de
Ricardo Talesnik.
Disponible en Youtube.