Tránsito existencial
"La vida sigue siendo ese espacio tantas veces incómodo de aprendizaje...", dictó Eusebio Garrido. Se acordó de un ejemplo, lo cual le provocó una breve pausa, y siguió: "...en el que los aplazos no nos mandan a diciembre o febrero, ni nos cuestan la regularidad en una materia".
Otro recuerdo del docente y otro silencio. La tentación de un texto pronunciado sin emociones fue más débil que la orden "deja que hable tu corazón", que tan bien sonaba cantada por JAF. Continuó diciendo y sintiendo esto: "Cuando cursé Teoría 1, el profesor César Rocco nos vivía preguntando por qué. Si bien era incómodo quedarse sin respuesta, era preferible a saberla cuando nosotros mismos nos cuestionamos por qué, especialmente si la contestación se escribe 'por egoísmo', 'por miedo', 'por frustración', etcétera".
El timbre sonó antes de que Eusebio leyera en voz alta que "caer en la cuenta de un error es un paso hacia el aprendizaje. Un paso que damos pisando sobre clavos y del que logramos salir si evitamos la culpa". Se quedó con ganas de decir que esto lo supo leyendo a don Víctor Fernández y que llegó hasta un libro suyo por el peso de algunos errores. También quedó para otro momento la conclusión de cuán paradójico es casi todo en la vida y cuánto acierto puede surgir de algunas faltas.
Se fue, como casi siempre, con cara de póker. Para aprender a admitir que las emociones eran parte de la vida y que exponerlas era parte de la naturaleza a Eusebio le faltaban algunos años.