Partidos en el aula
En la clase de Sociology había
que pensar si la desalineación partidaria era saludable para la democracia y
justificar la respuesta. Esto produjeron Delfina Martini y Santiago Lerda.
Pensamos
que la desalineación partidaria no es saludable para la democracia, aunque es
necesaria. Los principales valores que se supone siga la democracia son
independencia, igualdad, libertad de elección, de discurso y de participación
política. Los valores seguidos por el partidismo, en cambio, consisten
principalmente en lealtad ciega, intereses personales, extremismo, entre otros.
Estos valores establecen desafíos al funcionamiento democrático. Usualmente,
los partidos políticos son vistos como divisores, corruptos y en busca de su
propio interés. Esta es la razón por la que la alineación partidaria puede ser
considerada perjudicial para una democracia justa y pacífica.
Por otro
lado, los diferentes partidos políticos le permiten a la gente elegir sobre la
base de sus opiniones y gustos, por ejemplo, quién desean que esté a cargo del
país. La alineación partidaria posibilita al pueblo sentirse comprometido con
algo o alguien. Considerando este punto de vista, diríamos que no es
exactamente saludable, en la medida en que crea competencia y rivalidad, pero
es necesaria para una democracia.
Respecto
de si la alineación partidaria obligatoria es democrática, esto escribieron los
alumnos de cuarto año del Colegio San Ignacio.
Pensamos
que no es democrática. Porque la democracia significa libertad e independencia,
y si la alineación partidaria es compulsiva estará en contra de los principales
valores de una democracia. En cambio, sería una clase de dictadura, en la que
la gente está obligada a ser parte del partido político que el gobierno quiera,
y cualquier tipo de oposición es perseguido.
Ejemplos de alineación partidaria
obligatoria podrían ser la Rusia stalinista, la Alemania nazi, entre otros.