27/11/18


Partidos en el aula
En la clase de Sociology había que pensar si la desalineación partidaria era saludable para la democracia y justificar la respuesta. Esto produjeron Delfina Martini y Santiago Lerda.

Pensamos que la desalineación partidaria no es saludable para la democracia, aunque es necesaria. Los principales valores que se supone siga la democracia son independencia, igualdad, libertad de elección, de discurso y de participación política. Los valores seguidos por el partidismo, en cambio, consisten principalmente en lealtad ciega, intereses personales, extremismo, entre otros. Estos valores establecen desafíos al funcionamiento democrático. Usualmente, los partidos políticos son vistos como divisores, corruptos y en busca de su propio interés. Esta es la razón por la que la alineación partidaria puede ser considerada perjudicial para una democracia justa y pacífica.
Por otro lado, los diferentes partidos políticos le permiten a la gente elegir sobre la base de sus opiniones y gustos, por ejemplo, quién desean que esté a cargo del país. La alineación partidaria posibilita al pueblo sentirse comprometido con algo o alguien. Considerando este punto de vista, diríamos que no es exactamente saludable, en la medida en que crea competencia y rivalidad, pero es necesaria para una democracia.


Respecto de si la alineación partidaria obligatoria es democrática, esto escribieron los alumnos de cuarto año del Colegio San Ignacio.

Pensamos que no es democrática. Porque la democracia significa libertad e independencia, y si la alineación partidaria es compulsiva estará en contra de los principales valores de una democracia. En cambio, sería una clase de dictadura, en la que la gente está obligada a ser parte del partido político que el gobierno quiera, y cualquier tipo de oposición es perseguido.
Ejemplos de alineación partidaria obligatoria podrían ser la Rusia stalinista, la Alemania nazi, entre otros.