En media hora, estudiantes de 4º año del Colegio San Ignacio se pusieron a escribir de un programa del que mucho se habla. El resultado: la conjunción de ojos que ven y mentes despiertas, agudas.
Ni tanto, ni tan poco
Por Alvaro Calace y Felipe Pauletti
En este ensayo, vamos a decir hasta qué punto las mímicas y burlas ejecutadas a través del show “Gran Cuñado” respecto de políticos influyen en los pensamientos de quienes ven el programa.
Primero, es importante tener en cuenta al responder esta pregunta que este show es comercial, por lo tanto su objetivo es obtener ganancias.
Para lograrlo, un montón de gente tiene que verlo. Burlarse de figuras políticas es meramente una herramienta para atraer la atención del público. Sin embargo, hacer esto es controversial de dos modos distintos: no está completamente claro si es “correcto” reírse de los políticos y cuán peligroso es para los televidentes.
La imitación consiste en una exageración de la realidad. El show no es exactamente ficción ni un reflejo de la forma en que se comportan los políticos.
En realidad, hay una mezcla de algunas características de la conducta de las figuras políticas e ideas de los productores del programa que tienen como objetivo hacerlo divertido, de tal forma que llame la atención de la teleaudiencia, que se siente atraída por este tipo de presentaciones.
Desde nuestra perspectiva, el show no es políticamente correcto dado que no es del todo respetuoso de leyes y normas. A pesar del hecho de que hay libertad de discurso en nuestra sociedad, burlarse de políticos es incorrecto no por su status sino por la libertad que tiene cada ser humano. El modo en que el show se presenta se superpone con esa libertad.
En cuanto a la forma en que este show influye en los pensamientos de la gente, creemos que los efectos varían de acuerdo con la edad de los televidentes. Alguien que ya tiene experiencia en temas políticos será capaz de distinguir entre el modo real de comportamiento de los dirigentes y el irreal. Esta gente probablemente sea adolescente y adulta.
Los niños, en cambio, pueden tomar una inadecuada primera impresión de los políticos.
En conclusión, pensamos que el show no es completamente correcto pues se superpone con la libertad humana, pero no es tan dañino en tanto los televidentes tienen algo de educación política.
Rótulos
Por Josefina Sereno, Guadalupe de la Mota Boehler y Lucía Compagnucci
El show “Gran Cuñado” presentado en el programa “Showmatch” consiste en algunos personajes que imitan los gestos de los políticos reales. Pero a veces de esta forma, también muestran y ridiculizan sus actitudes.
Este tema puede ser considerado desde la levedad como divertido, no hostil, o como un tema serio y políticamente influyente, lo cual le da otro relieve a la situación y la hace preocupante.
En su socialización, la gente tiende a rotular elementos simplemente por su primera impresión. Por lo tanto, imaginemos si “Gran Cuñado” fuera la primera impresión política, lo cual es posible, de muchos chicos y también adultos que tienen una idea muy débil al respecto. Este tipo de gente sería seriamente afectada por cuanto se encontrarían sólo con la cara ridícula y mala de los políticos, la cual ciertamente no es la única.
Una de las consecuencias de este hecho es que como la reputación política varía con el show, las apreciaciones políticas de los televidentes acerca de los ministros, el presidente, el vicepresidente y otros sería errónea y acaso afectaría a los votantes al momento de la elección.
Además el programa está en lo correcto al difundir esta clase de show tarde a la noche, cuando se supone que los chicos ya no están mirando televisión.
También las actitudes políticas están bien ocultas bajo los gestos personales, lo que implica no exponerlas directamente sino hacerlo de modo que tal vez no todos vean.
Otra consideración es que los políticos se quejan acerca de “Gran Cuñado”, pero no está bien que amenacen prohibir el show porque sería aun peor para ellos en tanto mostrarían que los rasgos expuestos por el programa son de alguna manera ciertos.
La propia medicina
Por Camila Gonella y Sofía Foglino
En el siguiente texto vamos a hablar de nuestro punto de vista de las imitaciones a políticos en “Gran Cuñado” de Marcelo Tinelli.
El show estereotipa las características físicas y actitudinales de los políticos, esto no es discriminatorio ni perjudicial para ellos porque es una manera de reír y entretener hecha libremente desde sus derechos. La gente que mira el programa puede o no ser afectada por esto dado que se trata de una exageración de los rasgos de los dirigentes, y quienes miran son los adultos, que tienen la capacidad de diferenciar broma y realidad y saben a quién y cómo elegir candidatos.
Por otra parte, muchos políticos siempre se ríen de nosotros al prometernos cosas que nunca hacen con tal de que los votemos. En este sentido, “Gran Cuñado” es un modo de abrirnos la cabeza al respecto y también constituye para Tinelli y la TV una forma de darles a esos políticos una dosis de su propia medicina.
Finalmente, “Showmatch” se caracteriza por reírse de la gente y hacer chistes, o sea que la gente interpreta “Gran Cuñado” como siempre ha sido el programa y no como un documental que quiere cambiar la mente y la opinión de la teleaudiencia.