Sr. Alberto Cantero
Titular de la Autoridad Federal de Medios de Comunicación
De mi consideración,
Tengo a bien remitirle para tratar de ayudarlo desde mi condición de ciudadano en su labor al frente de la Autoridad Federal de Medios de Comunicación.
Esta organización ocupa el lugar del ex Comfer, que fue por años testigo de bailes del caño y otros agravios contra la mujer y del cruce de agresiones a cuál más procaz a toda hora en canales de televisión.
Desde hace varias temporadas también asistimos a la libre circulación de los denominados “mediáticos” (Ricardo Fort, Jacobo Winograd, Mago Cabaleiro, Bueníchimo, entre otros), gente sin oficio conocido cuyas manifestaciones ojalá equivalieran a nada.
Imagino que a Ud. le deben provocar malestar personajes de este tipo, tanto por ser un hombre de las aulas como por su apego al trabajo. Supongo que le resulta deseable aunque inconveniente desplazar de la pantalla a esta clase de personas. Lamentablemente, hemos dado forma a una sociedad en la que la libertad de expresión es el salvoconducto para toda suerte de vulgaridades.
Ya que pasarlos a retiro o multarlos sería tomado por censura, lo invito a que considere esta alternativa de control social: a tales hombres les podría proponer que la condición para seguir en el ruedo es trabajar 8 horas diarias. Pueden elegir: un hospital, una fábrica textil, una empresa de cosméticos, un supermercado. Ocho horas, cinco veces a la semana.
Verá como en un mes la televisión se vacía de papeloneros.
Sin otro particular, lo saludo atte.
Alberto Ferreyra
