Lionel Gioda vino al mundo para cumplir varios fines, entre ellos enseñar.
Decía que una buena manera de conmover era preferir las prácticas situaciones individuales a los abordajes abstractos. Así, en vez de "las consecuencias de la guerra" resulta mejor contar la historia de tres chicos que juegan al subibaja sobre un cañón al lado del cual hay dos cadáveres.
Los autores de "The Wonder Years" (Los Años Maravillosos) no lo conocieron a Gioda, pero vaya si compartieron su atinado criterio narrativo.
Canal 9 y Canal 13 de Buenos Aires ayer, Youtube hoy permiten disfrutar de la sensibilidad de creadores, directores y protagonistas de esta serie para hablar de la vida y uno de sus escenarios principales, la familia.
El capítulo 61 expone las diferentes expectativas mutuas de hijos adolescentes y padres. El hombre despliega un mapa sobre el auto y trata de zafar del extravío. Kevin, cuya cabeza apenas llega al capó, se para en puntas de pie y pregunta: "¿Puedo ayudarte?".
Su papá responde: "Sí, podés doblar el mapa".
Ese viaje lleno de desencuentros entre Jack Arnold y Kevin, ilustrado en los cambios que cada uno hacen de la radio que sintoniza el otro, tuvo un momento en el que floreció el afecto. Fue por una goma que se pincha, como para darles el gusto a quienes asumen que la vida está repleta de paradojas. O quizás fue la prueba de que los puentes del amor a la larga unen, incluso en circunstancias indeseadas. La retrospectiva voz en off de Kevin dice: "Si en el camino de ida hablamos poco, en el de regreso no
hablamos nada. Pero tal vez escuchamos más, todo lo que se decía en el
silencio".
En el episodio 58, tras romper con su novia Winnie, Kevin vuelve a casa y se mete en el galponcito de las herramientas para no verse con nadie. El viejo estaba allí. Primera sensación: "¿justo ahora?" El final de la escena muestra a un chico de 14 años abrazado a su papá, que lo conoce y lo ayuda mucho más de lo que imaginaba.
La naturaleza de los vínculos y la incidencia del género en esta familia estadounidense de tiempos de la guerra de Vietnam se advierten en las formas de dirigirse al hijo más pequeño: "Kevin", "querido" y "Cabeza hueca", son los llamados de papá, mamá y el insoportable hermano Wayne.
El peso de la sociedad patriarcal sobre el rol de la mujer en el hogar también se siente. Y se admira la nobleza, la abnegación, el Amor de la madre. Después de años como ama de casa de tiempo completo, Norma Arnold intenta con un empleo como secretaria en la escuela de sus hijos. Tantos años sin escribir a máquina derivan en una prestación floja y en su despido. Le transmite a Kevin la mala nueva, toma el auto y demora su regreso a casa. "Fue el alma en pena más alegre que he visto", recuerda Kevin de su regreso: si lloró, la señora Arnold lo hizo mientras compraba el pastel favorito de su esposo y los muchachos, no cuando sonriente les avisó que ya no trabajaba en la escuela.
Gracias y más gracias a todos los hacedores de esta serie inolvidable y a quienes suben sus videos a Youtube.