Esos impagables alivios futboleros
No tiene por qué estar en las
efemérides del fin de semana. Sin embargo, es uno de los recuerdos que
se graban en el corazón de un fanático.
El viernes 12 de mayo de
1995, por la tarde, Los Andes superó 1-0 a Talleres en Remedios de
Escalada y, por primera vez en la temporada '94/95 del Nacional B de
fútbol, su promedio superó al de tres equipos, lo cual lo dejaba a salvo
del descenso.
Hubo que esperar 37 fechas para que, a cinco del cierre del torneo, el Mil Rayitas de Lomas de Zamora desatara el grito de alivio.
La fecha siguiente, en su estadio Eduardo Gallardón, Los Andes perdió
de local frente a Quilmes y quedó nuevamente entre los tres que, de
concluir el certamen ese 19 de mayo, se irían a la B.
Hubo que
esperar hasta la última jornada, 17 de junio de 1995, para volver a
tener tres por debajo (Talleres de Escalada, Laferrere y Deportivo
Italiano) y gritar bien fuerte "¡Los Andes es Nacional!".
Guapo de Colonia
El 19 de mayo de 1995, la hinchada de Los Andes
cantaba "hay que poner un poco más de huevo/ para sacar los puntos del
descenso/ para quedarnos en el Nacional", con la música de "Ay amor". La
fría y soleada tarde en la que Quilmes visitó el estadio Eduardo
Gallardón invitaba a pensar que el otoño se hacía amigo de Los Andes.
Partido parejo, con pocas llegadas. Al promediar el segundo tiempo, gol
de Quilmes. El Mil Rayitas va por el empate con el agudo despliegue
de Diego Herner en la mediacancha y la inteligencia del volante
ofensivo Gilmar Villagrán, un hombre de no más de 1,65 que se puso el
equipo al hombro.
A 13 minutos del final, Néstor Merlo aguó la esperanza de la igualdad al atajarle un penal a Esteban Fuertes.
Derrota y otra vez Los Andes queda en puestos de descenso. Igual, la
entrada se había pagado con creces: el uruguayo bajito de Colonia del
Sacramento, en su penúltima temporada en el fútbol profesional
argentino, demostraba que la altura de un jugador suele ser muy distinta
de lo que indica una raya en la pared.