19/10/11

Desazón

La discriminación es un problema que algunos solucionan con un eufemismo: "derecho de admisión". Gabriel Magnoli, estudiante de Instituto Cervantes, mira, piensa y luego escribe para que la palabra no se olvide.

El tumulto de siempre, las largas colas, los apretujones, por ahí suena un piropo a una chica que pasa muy provocativa por el frente del pub mientras la gente espera ansiosa a entrar. El recinto está colmado, para que entre uno debe salir uno, pero en ese momento uno observa algo que llama la atención, ¿o no? Las personas no acceden por orden en la fila, sino que son escogidas a dedo por la seguridad del local. “Vos sí, vos no, pibe” se escucha y empiezan los insultos de la gente que no puede ingresar. Los seleccionados tienen las características de estar bien vestidos o tener cierto rostro. “La casa se reserva el derecho de admisión” reza un cartel pegado en la puerta del pub. Divertirse en algunos ámbitos no es para todos.

Salida trunca
Viernes, 01. 40. Vani, Estefania y Damaris están en la Plaza Roca sentadas en un banco hablando, riéndose y planeando hacia dónde ir. La idea es un pub que está a dos cuadras de la plaza por la calle Alvear. 1.45 de la madrugada. Las tres amigas ya están haciendo cola para ingresar al lugar que ya está casi lleno y la cola llega hasta mitad de cuadra. De repente, lo inesperado. Vani y Estefania ingresan pero Damaris, que viene detrás de ellas, no. La razón: ella es boliviana y sus rasgos la delatan. En la entrada le dicen lo mismo que a aquellos que no encajan con el perfil del lugar: “Es solo para clientes”. Muy diplomática y refinada forma de discriminar al distinto. Sus amigas ven esta situación y salen del lugar sin poder creer lo que están oyendo. Damaris tiene lágrimas en los ojos y una impotencia y tristeza que no se pueden medir ni explicar, no es la primera vez que le pasa. La noche para ella terminó…incluso antes de empezar.