19/10/11

Veredas
Recorrido Letal

Por Luciana Macri, estudiante de Periodismo, Instituto Cervantes

A días de celebrar el Día de la Madre, fecha originada en la antigua Grecia para rendir honores a Rea, madre de Zeus, Poseidón y Hades, los riocuartenses se avalanchan sobre el centro comercial buscando el regalo materno. Transitar a pie es complejo. Y quienes tienen dificultades motrices, ya sea porque se trasladan en silla de ruedas o las personas mayores, padecen más aún este “tránsito pesado” de las angostas veredas de Río Cuarto. Sumado a esto, la población camina inmersa en su mundo sin tener en cuenta a quien está a su lado. Con esta sutil forma de discriminar al otro, a quien no logra seguir la corriente, y de no cuidarse a sí mismo se puede terminar tropezando y corriendo el riesgo de caer a la calle, donde muchos más lo seguirán ignorando.

Contraste étnico
De la misma autora

Somos únicos e irrepetibles. Muchas veces nos lo dijeron. ¿Será por eso que en ocasiones miramos al otro como inferior? Nos creemos en un escalón más arriba y ubicamos al diferente por debajo. Quien no tiene nuestro color de piel, posición socio-económica o nacionalidad es rotulado con un signo menos difícil de cambiar. Vemos al boliviano, peruano, paraguayo como aquel que le roba el trabajo al argentino mientras que al inmigrante europeo se lo recibe con los brazos abiertos y no se le cuestiona el motivo de su residencia. Olvidamos que fue ese mismo europeo quien robó las tierras al autóctono, cambió sus costumbres e hizo como si todo fuera normal. Discriminamos sin saber por qué, así esta preestablecido y no preguntamos, sólo discriminamos. Sería tiempo ya de que comprendiéramos la igualdad reclamada durante tantos años. ¿Qué ser superior somos para catalogar bien a unos, mal a otros? Nos adueñamos del territorio, “es nuestro país, ¿por qué tienen que venir?, que se queden en el suyo”, decimos. Pero la realidad es que no cuidamos aquello que tanto reclamamos como propio.