19/5/13

Gambeteá lugares comunes
"Siempre que llovió paró" y "todos con poco podemos hacer mucho" son lugares comunes. Como regalar un bon o bon para la semana de la dulzura o poner una imagen de pizarrón y tiza para referir a educación.
Las frase son ciertas, los bombones envueltos en amarillo y rojo son dulces y, sea con un fibrón o con una tiza, los borradores forman parte de las aulas.
Sin embargo, no es cuestión de aferrarse a los lugares comunes, a las formas remanidas, demasiado repetidas, de representar algo.
¿Por qué?
Porque los lugares comunes empobrecen los sentidos.
En la película "Los Fabulosos Baker Boys", la bella Susie Diamond no le dice al pintón Jack "sos frío como un cubito de hielo". Esquiva esta expresión trillada y le agrega valor dramático: "Sos como una navaja de afeitar", comparació que hace justicia a lo gélido y cortante que es el más talentoso de los pianistas Baker.
Una foto de tanques, granadas y cuerpos esparcidos en la calle es un lugar común de la destrucción de la guerra. Por eso es gloriosa la foto de un museo en Nueva York en la que Barack Obama estrecha su mano con el pedazo de titanio que ahora tiene un soldado en lugar de su brazo derecho.