Tiempo de suerte
"La suerte existe", empezó Adrián Ramírez la exposición oral que debía durar menos de un minuto y medio. "Muchos de los que estamos acá hemos aprobado más de un múltiple opción sin saber qué elegir. Lo que también resulta claro es que, sin alguna intervención humana, es pura fantasía. En el caso del examen, para pasarlo hay que ir ese día a clase.
Pensemos en otra situación, y por favor córtenme en caso de que no logre hacerme entender: si para tomar agua fuera necesario levantarse a poner la boca debajo de la canilla, más de uno comería sin bebida. Para aprovechar la suerte de vivir en un lugar con agua corriente es que hacemos pequeñas inversiones en botellas y jarras.
Como el agua, la suerte está ahí. El resto es mérito o error humano.
Mi tío Adelqui tuvo la suerte de conocer a mi tía Liliana gracias a que tragó saliva y dejó sin ver el segundo tiempo de la semifinal de la Libertadores entre Independiente y Argentinos en 1985. Es el día de hoy que recuerda que ni bien llegó a su casa, la madre le avisó que ella no estaba lista y entonces contempló la gran oportunidad de volverse y seguir viendo ese partidazo. "Comprendo, las mujeres son coquetas y es lindo que así sean", pensó en decir. Se levantó para ir a golpear la puerta de la cocina y poner a la madre al tanto de su decisión cuando, por la otra puerta que daba al comedor, se asomó Liliana.
Adelqui se privó del goce de ver eliminado a Independiente. Meses más tarde, lagrimeó abrazado junto a Liliana su felicidad por el ascenso de Racing".