¿Para qué acordar si se puede pelear?
"Historia de un matrimonio" aborda en algo más de dos horas el proceso de divorcio del director de teatro y la actriz que encarnan Adam Driver y Scarlett Johansonn.
La sensación inicial, equivalente a la de los personajes de Mercedes Morán y Ricardo Darín en "El amor menos pensado", es que no se llevan mal como para separarse. No son los protagonistas de "La guerra de los Roses"; se asemejan más a los de la inolvidable "Kramer vs. Kramer".
¿Entonces?
No es preciso el revoleo de ceniceros para sentir que la convivencia se torna muy densa.
Aparte, se sabe que una chispa suele ser devastadora en la sequía afectiva. Ni hablar si en vez de bomberos se acude a abogados que entienden que litigar es, a la par de lucrativo, placentero.
Así es como unas copas hacen del cónyuge un alcohólico y unas horas de demora en una visita equivalen al absoluto desapego por el hijo.
El dinero que no sobra se va con la misma rapidez con la que se empieza a hurgar en la miseria espiritual pese al compromiso inicial de no hacerlo. La sinceridad pasa a estar prohibida: la separación en buenos términos ha sido depuesta. Hay que ganarle al enemigo.
La trabajadora social que visita al padre merece verse. Su escasez de palabras y de tacto es otro punto alto en la tensión de la obra.