Uno como cualquiera de nosotros
Un emperador siente que tiene mucho más poder que conocimiento. Feliz de él, que a diferencia de muchos hombres se da cuenta de sus limitaciones. Decide consultar a diversas fuentes, acaso para mejorar su rol como líder o en busca de una identidas más fructífera. Escucha muchas voces, sigue insatisfecho. Busca a un ermitaño, un adulto mayor que se ha ganado el rótulo de sabio, para averiguar cuál es el momento más importante, cuál es la acción más relevante y cuál es la persona más trascendente.
Las respuestas le llegan como la suerte: trabajando.
Un texto de Leon Tolstoi que se adecua a cualquiera de nosotros.
Nota al pie: gracias a Ines Patricia Murphy, alumna del PEAM, por recordarme este cuento.