El esplendor de lo puro
Por Elena Moscone, alumna del PEAM
¿Se puede conservar la pureza en lo que a virtudes se refiere? En la etapa que nos toca transitar como adultos mayores tenemos que reconocernos, volver a vernos en el espejo y observar qué tengo y qué acumulé a lo largo de mi vida.
Según Anselm Grün, en alemán, virtud deriva de un verbo que indica ser útil, servir para algo. De por sí, la ancianidad no sirve para nada, por eso debemos ejercitar ciertas actitudes que también den sostén en la vejez y las enumera:
-Serenidad. Se trata de que nos desprendamos de nosotros mismos y de nuestra vida y nos entreguemos en manos de Dios. Es dejar las cosas como están, no tengo que modificar la realidad. La serenidad tiene que ver con la tolerancia, dejo que el otro valga por sí. Nos pide que nos liberemos de expectativas y exigencias autoimpuestas.
-Paciencia. La palabra significa "permanecer abajo, cargar algo, resistir, mantenerse firme. Es, sobre todo, la virtud del que comparte. Un aspecto esencial de la paciencia reside en dejar las cosas como son sin juzgarlas.
-Benevolencia, rasgo espiritual, la corona de los ancianos. Denota el coraje que debo tener para reunir todo lo que hay en mí y aceptar las facetas de mi alma.
-Libertad. El anciano ya no necesita guiarse por las experiencias de los demás. Puede expresar libremente su opinión, su sentir. Se permite ser tal cual es.
-Gratitud. En alemán, deriva de pensar. Solo quien piensa puede sentir agradecimiento. La gratitud es el requisito indispensable para la concordia y la armonía. En los ancianos, se enlaza con el recuerdo.
-Amor. En la vejez corremos el riesgo de volvernos más egoístas, de preocuparnos únicamente por nosotros y por nuestro bienestar. El amor es otra virtud que podemos desarrollar y renovar en la ancianidad.
Ojalá seamos capaces de aceptar ese desafío de mirarnos tratando de llegar a ese estado de pureza necesaria para tener una vejez con serenidad, paciencia, benevolencia, libertad, gratitud y amor que nos provean de paz interior. Así, recuperaremos el esplendor de lo puro.