Lluvia fértil
“El invierno fue largo, frío, frío, helado, del peor de los fríos, del que nos quitó el roce humano, el encuentro con el otro, el estar con la familia. Fue como un destierro estando en tu propia casa”, dice Elena Moscone, del Programa Educativo de Adultos Mayores. De pronto, ve que “las hortensias que eran solo palos secos surgen los brotes verdes como diciendo ‘acá estoy, resurgí en invierno, abarcaré todo con mi color esmeralda”. Afirma que “todo puede cambiar en nuestra vida como en la de la hortensia. Resurgir, sobrevivir, renacer como la savia atesorada en las raíces de esa maravillosa planta; cualquiera puede ser como ella, recuperando la vitalidad, olvidándose de la edad del calendario, retomando el optimismo primaveral”.
Para el final, recoge versos de Gajos, de Mario Benedetti:
Puede existir un gajo de corazón
que no traiciona
que lava sus hechizos
en una sangre fiable
que sin pausa bombea
no traiciona
es decir que no sufre cuando sufre
el resto de la hechura
suele haber un gajo de corazón
que se queda cuando todos se van