Escena de vida
Por Susana Carbonari, alumna del PEAM
David y Elena eran una parejita que se habían conocido estudiando ciencias de la comunicación. Salieron un día a explorar un bosquecillo y se dieron con unos árboles inmensos, majestuosos. Se quedaron tan maravillados que sacaron una foto para enseñar a sus amigos y a sus padres.
Con el correr del tiempo, terminaron su carrera, se casaron y tuvieron dos niños, Silvia y Esteban. Pasaron varios años, los chiquillos eran grandecitos, y decidieron volver al lugar para mostrárselos y porque ellos mismos se habían quedado con la asignatura pendiente de ver de nuevo toda esa majestuosidad. Al llegar, se sintieron conmovidos porque estaba todo igual. Les dijeron a sus niños que a ese lugar habían ido cuando eran novios. Los chicos se quedaron encantados y ese lugar fue punto de referencia para toda la familia.
Siempre había alguna historia con esos árboles tan fabulosos. La historia de ellos estaba entrelazada con la de los árboles.
Los chicos volvieron cada vez que pudieron, incluso con sus parejas. Era el punto de partida de su amor.