Imagen y semejanza
Por Emilio López, estudiante del PEAM
Podemos compararnos con una rama que se bambolea en el árbol. En estos tiempos de inmediatez es común que se nos exija una velocidad que nos lleva al desequilibrio. Por eso vale pensar en más vida, menos estrés. Hay que aprender a delegar las tareas.
La vida incluye la capacidad de nacer, crecer, reproducirse y morir. Lo más importante es actuar con responsabilidad, no cometer errores, para que haya un equilibrio personal para vivir la vida que todos deseamos.
Si está dentro de las posibilidades, viajar; estudiar, aprender de los que nos enseñan cada día para mejorar nuestra educación.
Las raíces profundas de un árbol representan el nacimiento; el tronco, el símbolo de la vida; las ramas, las bifurcaciones, las decisiones que se toman en el camino.