30/6/13

Pensar y sentir
Por Myrian Monchietti, estudiante del Programa Educativo de Adultos Mayores
 
El hilo de Ariadna                               
guía al caminante
con aromas invisibles
que perfuman la razón.

Vencido el monstruo
con la espada vengadora,
el laberinto se ilumina
al llamado del amor.                               
 
Vida que vives
la palabra que habla,                              
con emoción silenciosa,
un profundo AMEN.

25/6/13

Espejito, espejito
¡Cómo resoplaba Julieta! Odiaba tener que hacer prácticos todas las semanas.
"El tipo éste se cree que su materia cambia el mundo, que si no la aprendemos bien no nos va a contratar nadie, no sé qué le pasa", se descargaba con Adrián Ramírez. Acostumbrado a su carácter, parecido al suyo, él se privaba de contradecirla. Además, pese a tres negativas de ella hace un par de años, conservaba esperanzas de que un día lo aceptara como novio.
Previo a la entrega de algunos trabajos de Lingüística, Julieta preparaba el mate odiando a la humanidad, al cuarto que tomaba había deseado tres veces que al profesor lo atropellara un camión con acoplado y cuando se levantaba a calentar más agua se había reconciliado con la mayoría de la creación.



Late la razón
“No me pidas que no sea un inconciente” fue la frase de Andrés Calamaro que deparó este ejemplo de Myrian Monchietti, estudiante del taller de Comunicación Radiofónica del Programa Educativo de Adultos Mayores.
Querida audiencia, hoy les voy a contar una historia:
Un día muy frío, una señora caminaba hacia su casa cuando vio a una joven humildemente vestida con un bebé en brazos pidiendo limosna. Sus ojos reflejaban tanta tristeza, que le pidió que la acompañara a su casa para darle un abrigo y manta para el bebé. Le preparó chocolate caliente y galletitas. Luego la joven se marchó con una sonrisa agradecida y unos pesos en el bolsillo. Cuando el esposo llegó y se enteró de lo ocurrido, la llamó '¡inconsciente, podría haber sido una ladrona o algo peor!'.
¿Qué les parece, queridos oyentes? ¿Debía prevalecer el corazón o la razón? Espero sus comentarios”.
Rapidez
"Mi computadora es tan lenta todos los días que empiezo a odiar aquello de “vístanme despacio que estoy apurado”. Ya sé que es una paradoja y que tiene que ver con la necesidad de dar pasos seguros para llegar rápido, pero cuando la máquina se tilda te juro que no le veo la ventaja. Porque una cosa es vestirse tranqui, que así los botones vayan en el ojal de la misma altura, el cierre del pantalón esté alto, los extremos del cuello de la camisa queden los dos dentro o fuera del pulóver, y otra es que para tipear tres líneas haya que estar 11 minutos. ¡Once minutos reloj! ¿Cuál es el lado positivo de esto?".
El monólogo de Adrián Ramírez había ido subiendo de tono, por lo cual su tío evitó decirle en ese momento que con computadoras así tenía una oportunidad magnífica de aprender rápido a ser paciente.
Semanas más tarde, tío Juan Bautista le imprimió un artículo de la BBC que evocaba la prisión para homosexuales que había mandado construir Benito Mussolini en Italia. En la mitad inferior de la tercera página, escribió de puño y letra:
Estimado Adrián,
Como habrás visto, la nota expone la paradoja de personas que encontraron libertad en prisión. En ese ghetto que Mussolini armó bien lejos de la Italia que le quería mostrar al resto del mundo, los homosexuales pudieron ser ellos mismos sin temer que un vecino los denunciara. Lo que un tirano consideraba castigo les resultó un beneficio, nada menos que la chance de vivir su identidad sin miedo, de no tener que fingir para sobrevivir.
Tu insufrible computadora, a la que tenés que enfrentar varias horas al día, te hace ganar en paciencia lo que perdés en tiempo. Y a lo largo de tu vida, te lo aseguro, tendrás que armarte de mucha paciencia con alguna gente que, lo vas a descubrir, es peor que tu máquina.
Bautista.
PD: El sábado te paso a buscar a las 2”. 

22/6/13

La TV ataca
Estás viendo demasiados noticieros si...
...mirás con desconfianza al portero de tu edificio.
...creés que acaban de decapitar a un hombre cuando ves un maniquí trunco en la vereda de una tienda.
...antes de cambiar de tema tachás algo en un papel.
...cada media hora repetís lo más importante con voz distinta de la que usás el resto de la conversación.
...ponés en la mesa pocillos vacíos.

21/6/13

Ahora entiendo
Era duro tratarla. Se quejaba de ella, de él, de todos. "Puro basuraje", contestaba cuando le preguntaban si había visto algo en televisión. "Siempre lo mismo, nada más cambian los nombres", respondía sobre los títulos de los diarios.
"Ya no veo", se justificaba ante la sugerencia de leer libros de su propia biblioteca.
"Los sé de memoria", replicaba a quienes le proponían escuchar sus discos.
Adrián Ramírez comprendió a su abuela inválida seis años después de su muerte, una semana de vacaciones en la que se engripó, no pudo ir al gimnasio a liberar endorfinas y encima debió guardar reposo.
"Tarde amanecimos", le dice Esteban, el personaje de Luis Brandoni, a su padre Martín Santomé (Héctor Alterio) en la película La Tregua.

19/6/13

Pida excusas, caballero

Una verdad de Perogrullo es que nadie es perfecto. Otra es que algunas personas, sin embargo, se creen perfectas. Son de las que en público se confiesan humildes... minutos antes o después de desnudar su soberbia.
Carlos Bianchi se escudó en la mala suerte y en yerros arbitrales para justificar su participación como técnico de la más extensa racha sin triunfos de Boca en 82 años de fútbol profesional.
No apeló al mismo argumento cuando la prensa lo hacía sinónimo de Dios en los dorados años 1998 y 1999, cuando estuvo al frente de la máxima serie invicta de Boca y del fútbol argentino.
Formidable técnico, Carlos Bianchi comete errores, aunque le duela muchísimo admitirlos y sean evidentes como la Bombonera.

18/6/13

...pocas palabras
"No fue un chiste", sabe Joey en el primer capítulo en que le confiesa a Rachel que está enamorado de ella, en la serie "Friends".
Sin embargo, lo que le dice es "no, fue un chiste", al comprobar que ella no le corresponde.
A veces, los signos de puntuación suenan distinto en nuestra conciencia que en el aire.
Tras este ejemplo, Adrián Ramírez pasó a explicar "sobreentendidos por contigüidad". Un alumno le preguntó "¿lo qué?" sabiendo que esa expresión lo fastidiaba.
-Veamos -propuso.
"En un episodio de El Chavo, el profesor Jirafales le detalla a Quico para quién son los regalos que lleva: 'Las flores son para tu madre porque ella es como las flores. El perro es para tí'".
García, el pibe "lo qué", sonrió. Minutos después, escribió: "Si yo le digo a alguien 'de chico eras bajo y tontito y ahora sos altísimo' le doy a entender, por la cercanía entre lo que era antes y la actualidad, que hoy es muy tonto".
Satisfecho, el profesor saltó a otro tema y evitó cuestionar a García por qué si comprendía tan fácil tenía que rendir como materia previa Lengua Castellana de cuarto año.

Cómo entra la letra
Los estudiantes tenían que suponerse docentes y elegir una de estas cuatro opciones de enseñanza.
a) Amenazas.
b) Advertencias.
c) Algunas amenazas y mayoría de advertencias.
d) Algunas advertencias y mayoría de amenazas.
Amparo Cosio, Octavio Jorba y Florencia Tambone, estudiantes de cuarto año del Colegio San Ignacio, resolvieron para este práctico de Sociología que lo mejor es aplicar únicamente advertencias.
Octavio expresó que las amenazas pueden "romper valores tales como el respeto y la privacidad". Además, en nuestra cultura actual el rol social de padres y maestros no incluye las amenazas, sí contempla advertir, esto es indicar las consecuencias de las acciones y respetar la libertad del receptor de la información. Señala que mediante la amenaza de un docente que no acepta otra idea que la propia, "es probable que el adolescente adecue su conducta, pero no cambie su actitud", lo cual quizás sucedería si el profesor prefiriese sugerencias a coerciones.
Florencia sostuvo que "los estudiantes tienen el derecho de elegir si quieren aprender o no" y que "es un hecho cultural" ya que en otros lugares puede ser común la aplicación de amenazas. Apuntó que los docentes "tienen un rol social que se supone sigan durante el proceso educativo, en la medida que están siendo modelos para sus estudiantes y en parte responsables de la formación de su personalidad, en tanto se encuentran en una edad en la cual se están creando a sí mismos".
Para la alumna, los docentes que amenazaran romperían no solo normas (porque la escuela no permite la violencia) sino también valores por cuanto "estarían abusando de su poder y tampoco darían la impresión de preocuparse realmente por el conocimiento de sus estudiantes".
Lejos de la impunidad, Florencia planteó que "si los alumnos no hacen lo que corresponde", les cabe la aplicación del control social por parte de los docentes. Se trata de que los adolescentes "paguen por las faltas cometidas de un modo justo y no a través de un método violento".
Amparo Cosio propuso dejar de lado las amenazas, que no se ajustan al rol social en una cultura que espera un trato respetuoso de los docentes para con los estudiantes. Añadió que "aunque algunos alumnos no tomen a sus profesores como ejemplos, transitan una edad en la que están desarrollando su identidad. Por lo tanto, este tipo de socialización puede modificar su personalidad sin que se dieran cuenta y cuando crezcan podrían considerar que amenazar es bueno".
"Más aun -consignó-, cuando amenazás a alguien estás dejando de lado su libertad y oprimiendo sus intenciones reales. Estás forzando a la otra persona a hacer lo que vos querés, sin dejarle opción". Propuso "utilizar advertencias como manera de socializar" a los estudiantes, con lo cual "les informás, de un modo amable, acerca de las posibles consecuencias de sus acciones".


Nota del editor: como otras generalizaciones, falla la que asegura que todo tiempo pasado fue mejor. En nuestra Argentina, durante décadas fue innecesario explicar el sentido del dicho "la letra con sangre entra". En esas épocas en las que el puntero golpeaba dedos de alumnos y las orejas de burro complementaban una nota baja, el mismo trabajo práctico acaso hubiera sido mayoritariamente respondido con la opciones a o d, con A de amenaza y D de desatino.
 

16/6/13

Rojo revancha
Los niños cantores del club avisaban: "Ay ay ay ay, qué risa que me da/ si no gana Los Andes qué quilombo se va' armar!!!". Con la música de "Yo tengo fe", el mensaje sonaba claro desde las tribunas y debe haber retumbado en los vestuarios del árbitro y el equipo visitante.
Metros al oeste, aún había hinchas en la cola para sacar entradas. Unos sonreían por la letra, otro mostraba su campera y decía esperanzado: "Con esta ascendimos". Desde lo alto caían carnés para que con la cuota de un socio pasaran varios.
Dieciocho años después, ese 17 de junio de 1995 sigue marcado a fuego, como corresponde a las alegrías colosales. "¡Los Andes es Nacional!", celebró la voz del estadio Eduardo Gallardón casi dos horas más tarde, consumada la permanencia en la categoría.
Independiente es Nacional, saben y callan sus hinchas, enjugando lágrimas y deseando que el despertar dominguero demuestre que lo del sábado 15/6/2013 fue un estúpido sueño y no un tatuaje indeseado.
Lo que sigue dista de ser un consuelo para los otros rojos del Sur del Gran Buenos Aires: el 20 de mayo de 1995, Esteba Fuertes tuvo en un penal el empate frente a Quilmes, que tanto merecían la entrega del mellizo Herner y el valeroso talento de Gilmar Villagrán. El grito quedó atragantado y, con la derrota, el fantasma del descenso volvía al primer plano.
Menos de un mes después, por la última fecha, Fuertes desanudó gargantas con el primer gol y Villagrán colgó de tiro libre la pelota en un ángulo para el tercer festejo delirante de una tarde en la que Los Andes hizo 5 goles y sus hinchas gritaron seis: consumado el 5-0 sobre All Boys, Colombo puso el 1-1 con que Quilmes le igualó a Deportivo Italiano, lo mandó al descenso y desató el éxtasis en Lomas de Zamora porque el Rojo continuaba en el Nacional B.
Las revanchas en el fútbol existen y son maravillosas.

11/6/13

Clase de calidad
El profesor tenía que justificar por qué prefería los estudios cualitativos. Echó mano a un material de Ien Ang que decía, según la síntesis de David Morley, que "la investigación cuantitativa sólo puede tratar a los televidentes como números, como cifras, como unidades de igual valor en un cálculo del tamaño de la audiencia". Agregaba que "esas personas son, por supuesto, singulares y subjetivas, y todas se encuentran en distintas circunstancias, pero incluir los detalles de tal singularidad haría imposible producir el rating; por lo tanto, se suprimen las diferencias individuales y subjetivas a fin de crear categorías de ratings calculables, y se pone el acento en los promedios, las regularidades y los patrones generalizables antes que en las diferencias idiosincráticas".

El docente recordó una frase de un colega con la que pensaba bajar la abstracción al asunto: "La estadística es una disciplina por la cual, si una persona come un pollo y la otra nada, cada una comió la mitad". Sonrió y siguió apuntando en su hoja lo que esperaba dar de 9.45 a 10.15. Dudó hasta que al final concluyó que no tenía nada de malo plantear otra expresión de Sergio: "Las estadísticas son como las bikinis; te muestran algo, pero lo que no te muestran...".
Volvió al libro de David Morley y sus estudios culturales. Subrayó esto para reforzar la noción de que una persona frente al televisor no necesariamente significa alguien que goza del momento, de modo que esos centésimos de rating no representan lo mismo que los del fanático que organiza sus horarios para ver el programa: "Sabemos que la práctica de mirar televisión se realiza por lo general en grupos, en los que el poder de decisión se distribuye de manera desigual y las elecciones deben negociarse, de modo que con frecuencia muchos televidentes miran 'obligados'".
La clase salió redondita. Hasta que el docente se despertó, olvidó la mayoría del sueño y los restantes tramos se cortajearon por las charlas de los alumnos sobre el examen de la materia de la siguiente hora.

Con que esas tenemos
Claro que Internet no transforma 20 mil kilómetros en cincuenta metros. Verle la cara a un amigo a través de un monitor es distinto de abrazarlo. Terminar la sesión, el llamado vía skype puede desprender las lágrimas que no salen cuando se cierra la puerta al despedir a quien vino a cenar.
Cualquiera que haya intentado una relación a distancia sabe de esto.
Peor es nada, podría decirse y sonar vacío, lugar común, frase de circunstancia. Hasta que aparecen los ejemplos.
-Descender de categoría antes de Internet implicaba un virtual vacío informativo, la inevitable ignorancia -salvo amigos ligados al club- hasta la primera fecha de la temporada siguiente. Dolía mucho ese porrazo, hacía demasiado evidente que se había pasado a una división de menor atractivo en los medios de comunicación masiva.
La red nos acerca a las radios de frecuencia modulada, a FMs barriales o a emisoras de AM que sería inviable sintonizar con un centro musical. Gracias, Fútbol en Mil Rayitas. ¡Y aguante Los Andes, grande a pesar de resultados!
-Un ansioso ya no tiene que esperar a las semanas previas a las elecciones para comprender por qué tanta gente se emociona al escuchar la marcha por Hugo Del Carril: está en Youtube.
-La chica de la que habían quedado recuerdos nos ofrece, Facebook de por medio, una imagen presente y, quizás según la foto, futuro.

8/6/13

Panza
Lucrecia sintió "maripositas en la panza", según le confió a su amiga Susana cuando Lucio le dedicó "Tu canción". La voz de Elton John la hacía creer que el chico habría de ser el hombre de su vida.
Hay que entenderla: un temazo así, un buen perfume, una camisa y un pantalón de los que están de moda ilusionan a más de una persona en el boliche y mantienen el interés si continúan en otros ámbitos a la par de un discurso interesante.
"Pienso que va a ser un largo tiempo", le tradujo Lucio lo que se leía en el paréntesis de la canción Rocket Man, mientras la miraba lista para usar.
"Ahora en la panza tenés huesos", la culpó la madre a Lucrecia tres meses después, cuando Lucio ya no contestaba el celular, se había borrado de Facebook y, al decir de algunos, había vuelto a llamarse Esteban.

5/6/13

Decisivo
Julieta García se fue de la clase de Lingüística sintiendo que los lugares comunes eran malos. Anotó con microfibra en el tercer renglón de la hoja que decir "el amor todo lo puede" equivalía a poner "Flaca" como canción representativa de Andrés Calamaro.
Después de tomar siete mates, comer ocho galletitas sin sal y contestar cinco mensajes por chat, no tuvo otra que hacer el trabajo práctico para el día siguiente basado en "Enemigos", de Anton Chejov. El primer punto era transcribir un ejemplo de mensajes distintos que emiten la comunicación no verbal y la verbal:
"La voz de Aboguin temblaba de emoción; 
este temblor y el tono 
eran mucho más convincentes que sus palabras".
El segundo pedía referir a una situación en la que se notara el peso del amor. Y ella escribió:
"Un hombre cuya esposa está moribunda requiere la atención de un médico al que se le acaba de morir su único hijo. Por supuesto, el médico no está de ánimo. El hombre le insiste y le dice: 
'No es a su voluntad a quien me dirijo, sino a su sentimiento'. 
O sea, si fuera por las ganas, a veces no haríamos algo. Sí lo llevamos a cabo, 
aun en ocasiones de muchísimo cansancio, 
en virtud del afecto, del amor".

Con creces 
"El denso éste quiere que escribamos un texto que diferencie a quienes cobran un sueldo de los que se lo ganan", le contó Adrián Ramírez a Julieta García, que lo llamó para preguntarle qué consigna había dado el profesor de redacción. Al rato, esto escribió su amiga:
'Adrián Ramírez se pasó los dos, tres minutos que tuvo que esperar hasta que llegó su turno pensando cómo pediría el café con leche. Sabía inglés, pero lo confundían su ansiedad y las 8 variedades de ese local de Starbucks.
La chica que le tomó el pedido se lo llevó a la mesa y, hablándole despacio, le dijo que la próxima vez no pensara en los clientes que estaban detrás sino que ordenara tranquilo.
Fue la primera y la última vez que se vieron. Diez años después, él la sigue admirando.
Basado en una historia real'".
Bien compartido 
Cuenta Jorge Luis Borges que Oscar Wilde solía regalar argumentos para que otros los ejecutaran. Entre tanta gente que no hace algo a menos que lleve su firma, la generosidad del escritor de cuentos como El Gigante Egoísta y novelas de la talla de El Fantasma de Canterville invita al aplauso.
Gente como Wilde deja un legado que trasciende su ocupación y las épocas.
En cuanto a Borges, afirma José Miguel Oviedo, analista de su obra, que inventaba nombres de libros para engañar a eruditos. Quizás eran algunos de los que rubrican hasta un "mi mamá me mima" o de los que priorizan su figuración al beneficio colectivo del conocimiento que, juran, producen.

2/6/13



Qué hacemos con las diferencias
Por Elena Moscone, estudiante del Programa Educativo de Adultos Mayores

Manzanas, naranjas; bolígrafos, biromes; corbatas, moñitos; camisas, camisolas; parecidos y… hablando de diferencias, en el reeditado libro “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus” el autor John Gray dice que sin el conocimiento de que somos distintos, los hombres y las mujeres nos enfrentamos para marcar esta diferencia que, vaya si sucede, en ocasiones hace que amar no resulte precisamente fácil. En general nos sentimos frustrados o enojados con el sexo opuesto porque hemos olvidado esta verdad importante. Los hombres esperan erróneamente que las mujeres piensen, se comuniquen y reaccionen en la forma en que lo hacen los hombres; las mujeres esperan que los hombres sientan, se comuniquen como lo hacen ellas. Como resultado, nuestras relaciones se llenan de fricciones y conflictos innecesarios.
Por ello, y de acuerdo al título del libro, John Gray opina que ambos procedemos de planetas diferentes, hombres de Marte y mujeres de Venus para marcar esta diferencia.
Como parte de las diferencia el autor expresa que la queja más frecuente de las mujeres acerca de los hombres es que éstos no escuchan. O bien que el hombre la ignora completamente cuando le habla y luego adopta el papel del “arréglalo todo” y le ofrece una solución para que ella se sienta mejor. El hombre se siente confundido cuando ella no aprecia este gesto de amor. No importa las veces que ella le diga que no está escuchando; él no lo entiende y sigue haciendo lo mismo. Ella quiere empatía, pero él piensa que quiere soluciones.
En cuanto a la queja más frecuente expresada por los hombres acerca de las mujeres es que siempre están tratando de cambiarlos. Cuando una mujer ama a un hombre, se siente responsable de su crecimiento y trata de ayudarlo a mejorar la manera de hacer las cosas. No importa hasta qué punto él pueda resistir su ayuda; ella se empeña en esperar una oportunidad para ayudarlo o decirle lo que tiene que hacer. Piensa que lo está estimulando, mientras que el hombre piensa que lo está controlando. Por el contrario, él quiere su aceptación.

Dispares
Según John Gray, el hombre se mete en su cueva, es decir se aísla. Y lo hace cuando se siente herido o tenso y está tratando de resolver su problema solo. Darle el apoyo que desearía una mujer resultaría contraproducente. A diferencia del hombre, la mujer prefiere hablar.
Pasado en limpio: Andrés llega del trabajo con un fastidio… Luciana le dice “te veo mal ¿qué te pasa? Andrés oye eso y siente que el malestar lo sigue hasta su casa. Luciana le ve la cara y siente “¿por qué se pone así? Estoy tratando de ayudarlo”.
La mujer, dice Gray, es como una ola. Cuando se siente amada su autoestima sube y baja con movimiento ondulante. Cuando se siente realmente bien alcanzará un pico, pero luego su humor puede cambiar repentinamente y su ola termina rompiéndose.
Andrés vivió un lunes espléndido junto a Luciana. Dos años después de casado le pareció que iba por el primer mes de noviazgo. Y el martes, cuando la saludó, creyó darle un beso a una barra de hielo.
La capacidad de una mujer para dar y recibir amor en sus relaciones es generalmente un reflejo de cómo se está sintiendo con respecto a sí misma.
Cuando un hombre ama a una mujer, brilla, y la mayoría de los hombres esperan con ingenuidad que el brillo dure para siempre, esto no sucede así.
Desde “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus”, el autor trata de facilitar la comunicación entre hombre y mujer, dependiendo de lo que comprendemos, olvidemos, recordemos y escuchemos al otro u otra.

Distancias
Algunas veces vivimos rodeados de intolerancia, no aceptación de diferencias e irritaciones permanentes. La contradicción es la ley general de conductas humanas que provienen de culturas muchas veces llenas de preceptos que no condicen con el sentido común.
Quién no escuchó en su vida el refrán “Hay gustos que merecen palos”. ¿Sería posible que el palo fuera la contestación a la diversidad? La realidad demostraba a los jóvenes de los sesenta que nuestras películas preferidas eran objeto de cortes y prohibiciones, que nuestras formas de vestir; bailar o caminar no estaban bien vistas y que cualquier protesta sobre política imperante y aceptada como palabra santa era merecedora de rechazo y persecución.
¿Quién podía predecir que tras la caída del Muro de Berlín y el desmantelamiento de la ex Unión Soviética, decenas de repúblicas iban a comenzar con luchas sin cuartel que incluían las diferencias milenarias entre musulmanes y cristianos, Oriente y Occidente, progresismos y fundamentalismos?
Exodos obligados pero no deseados, la no pertenencia a ningún país y la búsqueda desesperada de una vida mejor producen corrientes migratorias que no son tan bienvenidas como las del siglo XX. La sospecha y el odio hacia el extranjero van tomando giros peligrosos en Europa y Estados Unidos, con trágicos atentados.
Una cosa es mantener principios para defender pautas de vida que nos representen, luchar contra los que no piensan igual tratando de imponer nuestras convicciones. Y otra muy distinta es oponerse violentamente a todo lo que no concuerde con nuestras nociones, cerrarse al debate y la discusión racional creerse superior a todo bicho que camina.
La historia avanza, el tiempo corre más rápido de lo que pensamos y el que no está atento a los cambios que la vida impone, pierde su liderazgo, por más fuerte que parezca.
Sin embargo, a veces los hombres preferimos rodearnos de fantasmas, desconfiamos de lo que no entendemos, recelamos de lo distinto, y, en lugar de tratar de comprender optamos por pensar en el enemigo permanente. Nadie dice que a veces tengamos la razón, pero lo que conspira contra nuestro bienestar es la violencia que  engendra ese constante miedo a ser atacado. Dicho de otro modo, estar permanentemente a la defensiva. O creerse el dueño de la verdad, como el profesor Jirafales en un episodio del Chavo en el que dijo: Yo nunca me equivoco. Bueno, en realidad una vez sí: una vez que creí que estaba equivocado”.
Hablando de diferencias, no se trata de bajar los brazos y sumergirse en la teoría del dibujo animado todos son buenos, todos son santos, es, simplemente no odiar irracionalmente empleando soluciones pacíficas.
Otra de las diferencias es entre la vejez y la juventud.
Un desarrollo científico y tecnológico a menudo carente de orientación humanística y moral creó el furor por lo novedoso, implantó falsas ilusiones de invulnerabilidad ante el envejecimiento y la mortalidad, y contribuyó a instalar el “juvenismo”. Esto es una adoración de la juventud como valor en sí mismo, lo que impulsa a tratar de detener el tiempo. Da como resultado una sociedad de adultescentes : personas cuyos comportamientos no corresponden a su edad., quienes además desvalorizan a la vejez y los viejos, dice Sergio Sinay.
En el libro “El As en la manga” la médica italiana Rita Levi Montalcini señala una consecuencia de este furor: Se dejan de transmitir experiencias y modelos útiles para las nuevas generaciones. Descartar a los viejos es mutilar la experiencia y la memoria junto a la edad, son dones necesarios.
En el siglo I antes de Cristo, Cicerón escribió: “No me arrepiento de haber nacido ni temo morir, porque no he vivido en vano”.
Con los amigos, dice el pensador italiano Francesco Alberoni, llegamos a un punto en común habiendo partido de lugares diferentes. Ninguno trata de cambiar al otro; la aceptación es, como en ninguna relación, condición permanente y esencial, y los verdaderos amigos toman lo que el otro les dice sin doble escucha, sin interpretación y sin sospechas. Se le cuenta al amigo lo que a nadie y se escucha de él a la recíproca. No se piden cuentas y no se tiene que adaptar su vida a la del otro para mantener la relación. Como sugería un grafiti “Al amigo no lo busques perfecto, búscalo amigo”
Dos vidas distintas pueden coexistir.
Cuando se escucha a las hinchadas, cada día más violentas, del fútbol pidiendo que sus equipos ganen como sea, prometiéndoles a los simpatizantes adversarios que “los vamos a matar” o vociferando contra jugadores o inmigrantes de otros países, se aprende mucho y pronto acerca de la xenofobia y el machismo que anidan aquí, de manera cierta y extendida, aunque nadie levantaría la mano a la hora de aceptarlo.
Más allá de nuestras diferencias creemos que enaltecer la convivencia ayuda a consolidar la maravillosa libertad que significa vivir en democracia.
Consideramos especialmente interesante hablar de algunas diferencias de las tantas que hay entre seres humanos, pensando que a través de ellas es cuando nos enriquecemos unos con otros, escuchándonos y armonizando nuestra estadía en este planeta.