11/6/13

Con que esas tenemos
Claro que Internet no transforma 20 mil kilómetros en cincuenta metros. Verle la cara a un amigo a través de un monitor es distinto de abrazarlo. Terminar la sesión, el llamado vía skype puede desprender las lágrimas que no salen cuando se cierra la puerta al despedir a quien vino a cenar.
Cualquiera que haya intentado una relación a distancia sabe de esto.
Peor es nada, podría decirse y sonar vacío, lugar común, frase de circunstancia. Hasta que aparecen los ejemplos.
-Descender de categoría antes de Internet implicaba un virtual vacío informativo, la inevitable ignorancia -salvo amigos ligados al club- hasta la primera fecha de la temporada siguiente. Dolía mucho ese porrazo, hacía demasiado evidente que se había pasado a una división de menor atractivo en los medios de comunicación masiva.
La red nos acerca a las radios de frecuencia modulada, a FMs barriales o a emisoras de AM que sería inviable sintonizar con un centro musical. Gracias, Fútbol en Mil Rayitas. ¡Y aguante Los Andes, grande a pesar de resultados!
-Un ansioso ya no tiene que esperar a las semanas previas a las elecciones para comprender por qué tanta gente se emociona al escuchar la marcha por Hugo Del Carril: está en Youtube.
-La chica de la que habían quedado recuerdos nos ofrece, Facebook de por medio, una imagen presente y, quizás según la foto, futuro.