29/9/13

Boca, ese caos de injusticia
Carlos Bianchi afirma que los periodistas no respetan su tarea y, vaya contradicción, les dice cómo trabajar de un modo que denuncia su ignorancia sobre la labor de prensa. Román Riquelme maltrata a Martín Arévalo cada vez que lo ve por la osadía de hacerle preguntas.
Gente que no admite críticas abunda, de modo que esto no sorprende. Lo que sí entristece a un hincha de Boca es que no haya desagravios desde quienes presiden la institución. Un ejemplo más de que el poder nominal difiere de quienes realmente lo ejercen en un club. Sucede en una entidad cuyo capitán juega mucho menos que sus compañeros, de quienes dijo, mate en mano mientras ellos entrenaban durante el verano, que no eran referentes xeneizes. Así como él no lo es del trabajo. Como no lo es Bianchi del trato ecuánime con sus dirigidos.

28/9/13

Ciudad del viento
Por Martín Búfali

Vientos del cuarto río, que no ceden, que no cesan. Vientos del Cochancharava, que arrasan al tiempo, que ensucian las caras. Vientos que peinan del mismo modo, casi acomodándose a la obligada moda de la ciudad. Cabellos que bailan desparramados entre los ojos y que tapan la mirada. Ya nadie observa, solo señalan.
Vientos que zumban en los oídos de cada caminante. Ya nadie oye, mueren las charlas.
Ciegos y sordos ejercen el habla con la intención incorrecta. Quizá algún día las nubes dejen de soplar. ¿De dónde vienen? ¿Hacia dónde van? ¿Cuál es el punto exacto en el que comienzan? Si alguien lo supiera podría en ese mismo lugar levantar un muro, y quedar una mitad sin viento. Pero nada sería igual, ni siquiera la pequeña gran aldea de asfalto.
Vientos que soplan y divierten terrazas y a sus sogas que inertes cuelgan ropa. Vientos que las hacen flamear. Hoy quizá sea un día de suerte, caminar por esa plaza se vuelve lotería, regida por las palomas que pierden lo tierno con su centenar; y ese viento que hace de su puntería un hecho casi cotidiano. Por suerte queda la creencia de que la buena viene con ello.
Pases entre líneas
Myrian Monchietti, del Programa Educativo de Adultos Mayores, escribe acerca de la belleza de la lectura y la dicha de la superación.

La magia de leer
Lectura y soledad
comulgan en armonía.
ríen, lloran, aman,
sabor de imaginar. 

Compañía silenciosa
habla sin sonido,
son manos unidas,
calor de amistad.

Letras danzando
liberan su melodía
en palabras que juegan
con nuestro pensar.

Asombro, misterio.
memoria de un retrato
soñando la magia
que sueña el soñar.
(Inspirado en el video "Los libros voladores del Sr. Lessmore")

Superación

Fuerzas invisibles
amasan golpes
despertando poros
cargados de rencor.

Una tenue luz
asoma, confundida.
Tímida esperanza
del alma en prisión.

Estalla el lago
salpicando alegría,
se elevan carcajadas
de cara al sol.

Anhelos cumplidos,
actitud, enseñanzas...
para todos los humanos
que buscamos felicidad.
(Inspirado en el video "El circo de las Mariposas")

26/9/13

Por la vida
Las alarmas suenan, solo hay que oírlas. Aunque cueste, porque algunas tienen apariencia melodiosa y romántica, siguen siendo alarmas y es decisivo oírlas. Ojalá la nota de Gisele Sousa Dias sobre violencia de género publicada en Clarín del 26 de septiembre de 2013 ayude a prestar atención antes del incendio que causan muchos cuyas voces parecen dulces.
Cálida bienvenida
"Amor de padre o madre, lo demás es aire", sentencia un dicho que circula en México. ¿Cómo se sentiría un candidato recibido con esta expresión por la mamá de su novia? ¿Cuánto entusiasmo para salir a buscar pareja tiene alguien que da por cierta esta afirmación? Porque si solo papá y mamá son los que de veras aman, ir por el afecto de otra persona es garantía de indiferencia ante problemas y otros malos momentos.
¿Cuántos encuentros no se habrán generado por personas que, aunque se gustaban mutuamente, creían en la frase? De acuerdo, si a uno le fascina otra persona, es muy probable que desoiga lo de "amor de padre y madre, lo demás es aire" y se desentienda de evidencias en contra del hombre o la mujer de sus sueños. Al cabo, durante el enamoramiento -inicial etapa con alguien que gusta- hasta Homero Simpson tiene aspecto de Superman. Felices los que saben ver con los ojos del discernimiento aun en el enamoramiento.
Como cualquier dicho, el referido al amor de padre y madre encarna una generalización y por eso desacierta para unos cuantos casos que terminan ya sea en asesinatos contra los hijos o en formas mucho menos dañinas de desamor.
Al margen de su acierto o equivocación, detenerse en los refranes, proverbios u otras frases significativas ayuda a conocer perfiles sociales. Carolyn Roy concluye su estudio diciendo que "los dichos populares reflejan valores culturales básicos" y "nos recuerdan que nuestras experiencias no son únicas" sino que otros han pasado por lo mismo en otros tiempos y lugares y nos dejaron mensajes para guiarnos.

21/9/13

Querido matasanos
Ese médico era un personaje. Usaba la expresión "a cuyo través", en su guardapolvos llevaba bordado xeneize en lugar de su nombre y se bajaba del colectivo cuatro paradas antes de la clínica para saber "cómo respira la ciudad" antes de empezar la jornada.
Ezequiel, uno de sus pacientes, lo recuerda tomando mates sin convidar, acertando casi siempre los diagnósticos después de su segunda frase y sentenciando que "en este país, si no hacemos mal las cosas no las hacemos".
La mayoría de las veces recetaba remedios baratos, "a cuyo través te vas a curar tan bien que tal vez no te vea aquí por 15 años", como le decía.
Lo querían las secretarias, a las que les dejaba Sonrisas uno de cada tres días en los que las veía renegar, o sea que gastaba bastante.
Una semana, las galletitas no aparecieron. Elsa, que trabajaba desde 1996 junto a él, le preguntó "qué le anda pasando, compañero Carlos". Entonces fueron dos los que lloraron la muerte de Lorenzo, el perro del médico.

Frases de autor
"Dénmelo, que lo convertiré en el mejor hospital de Latinoamérica", pedía a sabiendas de que jamás lo designarían director.
"Voy a revolucionar la medicina con este concepto de anemia", anunciaba mientras comía milanesas, su predilección en las picadas.
"El hombre no debe prometer lo que no puede alcanzar", señalaba sin ironía.
Sus colegas lo querían, aun con su grandilocuencia y sus contradicciones. No era un especialista, ni quería serlo. Sin embargo, charlar con él entrañaba sentirse escuchado, comprendido, y eso era mejor que tratar de conversar con médicos que se llevaban mucho mejor "con las enciclopedias y, ¿cómo les dicen?, ¡ah, los papers!" que con la gente.
"Hay tipos que vendieron tanto humo que lo único que tienen para ofrecer es hollín", era una de sus visiones descarnadas. Otra, que "a este país le hace falta más analfabetismo; mirá cómo nos va gobernados por tantos profesionales".
Lucrecia lo conoció en sus últimos cuatro años. Le quedó grabada su facilidad para meterse en la misma bolsa de los que criticaba. Sonríe con ternura al evocar eso de "si escucho música, dame Los Beatles o Plácido Domingo. Si veo fútbol, dame Barcelona. Si voy al teatro, dame Norma Aleandro. Para chanta estoy yo".

17/9/13

Ahora entiendo II
El 21 de junio salió la primera versión de Ahora entiendo. En http://quesentimosrevista.blogspot.com.ar/2013/06/ahora-entiendo-e-ra-duro-tratarla.html se leía la acritud de una persona afectada por distintas enfermedades, con más dolores que cabellos. Quien afirmaba que era una vieja intratable acertaba. Apenas fallaba por superficial...
Adrián Ramírez fue a un agasajo. Los sandwiches y el helado tenían una temperatura cercana al agua de la canilla. Tras días sintiéndose un boxeador que sufrió ante Mike Tyson, tuvo que hacerse estudios para descartar hepatitis y un mal funcionamiento de la vesícula.
Maldita sea fue de lo más delicado que pronunció. Su cara era ideal para cobrar deudas.
Encima estaba de licencia la profesora que le hubiera pedido que redactara un texto sobre la última frustración, de manera que ni siquiera le podía encontrar un costado positivo a tanta porquería.
Por la tele vio que un jugador de Boca, titular de la primera tras dos años confinado a la reserva, se había sacado el hombro y se perdería el 80 por ciento del campeonato. No se consoló imaginando que el suyo era un mal menor. Tampoco le surtió ese efecto saber que muchos tenían de por vida la dieta que a él le tocaban los siguientes 15 días.
Sin embargo, le alcanzó para comprender arduas incertidumbres y feas novedades.


Regreso al placer

Para qué negarlo: corregir es una piedra en el zapato. Es, como los impuestos, el costo a pagar por los beneficios. Sin embargo, la tarea puede ser sumamente placentera. Es cuando el docente se encuentra con estudiantes que demuestran amor por el pensamiento y la redacción, que aúnan delicadeza y creatividad, justeza conceptual y generosidad expresiva.
Un joven corta una flor de un parque público para entregársela a la chica que lo encanta. Alguien lo denuncia, le cortan la mano y sigue la vida en un país que se jacta de su bajísima tasa delictiva. Desde esta situación no necesariamente ficticia propuesta en clase, 25 minutos después surgió un texto en inglés de la mesa compartida por Ignacio Carranza, Amparo Cosio y Milagros Ricchini, alumnos de cuarto año del Colegio San Ignacio.
Con las disculpas del caso por eventuales errores en la traducción del editor al español, vayan estos párrafos sutiles de chicos que aún no votaron por primera vez.
Pensamos que el contexto es el de un país muy estricto, que no da segundas chances. Allí las normas son muy fuertes y no diferencian lo bueno de lo malo; en este caso el muchacho solo tomó una flor para una chica, y le amputaron la mano. No iba a vender flores robadas en el mercado negro; simplemente trataba de que una chica se enamorase de él.
El rol social en este país, lo que se espera de la población, es que se comporte extremadamente de acuerdo con las normas; no importa si es por una causa buena o mala. Por lo tanto, la socialización le enseña a la gente a seguir las normas, porque si no van a ser castigados con extrema dureza... ni comprensión ni remordimiento, lo cual muestra que el dictador y los que elaboran las reglas a obedecer son etnocéntricos y piensan que esa es la única manera de mantener el país y la sociedad bajo el orden. No se hacen advertencias, simplemente una amenaza constante en la cual te portás mal y sos penado. No hay tolerancia.
Esta ideología política es cruel e inflexible, y tal es la forma de conservar el orden social. La autoridad usa su poder como una herramienta muy severa (ojo por ojo, diente por diente), sin diferencia de género.
La ley es la ley.
  

13/9/13

Ejercicios de redacción
Para uno de los prácticos previos a su graduación, Julieta propuso este ejercicio a los alumnos de cuarto año del colegio al que iba contenta por el color de las paredes y las plantas de interior en las aulas.
Por favor, escribí un texto en el que apliques estas palabras así ordenadas: travesura, travesía, traviesa, traviata, tradición, traición, Trafalgar, trapisonda, trapalón, travesaño.
El objetivo era aguzar el ingenio para asociar lo que en principio no tenía fácil relación y evitar el doble sentido imperante para varios de los términos.
Rosa Rosales escribió:
Trazos
-De acuerdo, hice una travesura en esa travesía, por eso dijeron que era una chica traviesa. Me da bronca porque pesó eso más que mi actuación en La Traviata. No sé si es tradición criticar tanto por tan poco, pero lo cierto es que lo viví como una traición de quienes antes me habían dicho "te bancamos en todas". Por mí se pueden ir todos a Trafalgar, ya verán que les marcan el paso "a la primera trapisonda nomás", como les avisaba un mal árbitro, un trapalón, a los equipos que se colgaban del travesaño.

Con el mismo fin y estos términos (criminal, mambo, redondos, birome, pulóver, ademanes, anillo, alianza, maldita, sea), Martín Fernández escribió las requeridas dos versiones:
Olvido
-"Criminal mambo" cantan Los Redondos mientras la birome raya el pulóver de la profesora, que olvidó sacarlo del aula en el recreo. Son de imaginar su fastidio y sus ademanes, circunstancia en la que cuesta hacer foco en sus bellos anillos y su alianza, maldita sea.

Asombroso asesino
-El criminal actuaba solo si sonaba mambo; varias víctimas se salvaron porque había olvidado llevar la netbook en la que tenía sus 18 canciones predilectas. Redondos caían muchos al escuchar la razón por la que seguían con vida.
La vecina no sabía a qué se dedicaba el asesino que pintaba para otra cosa en su adolescencia de biromes mordisqueadas, pulóver azul del uniforme escolar y ademanes que imitaban los de la profesora de Química de cuarto.
"Los anillos de los Juegos Olímpicos representan la alianza entre los pueblos", solía decir el hombre antes de matar. "Maldita sea", su frase siguiente.

Ezequiel Martínez fue multado por seguir charlando después de la tercera advertencia. Tuvo que armar en media hora un cuento en el empleara dos veces cada una estas palabras: pino, resina, golpe, calor, entrenamiento, dolor, intoxicación, salud, pérdida, regreso.
Semana loca
Arden los pinos. La resina facilita la combustión, que no existiría si alguien no encendiera el fuego. Kilómetros y poblaciones más allá, el golpe de calor afecta a fanáticos de la preparación física que desafían los 36 grados y el aire con olor a humo y escaso oxígeno.
En la esquina del parque, el sanatorio sigue con su rutina de enfermedad, dolor, altas y bajas. Un muchacho sufrió una intoxicación por tomar helado y comer milanesas en mal estado. No puede darse vuelta en la cama sin que le duela todo el cuerpo; la salud, esa bendición que casi nunca notamos, piensa. El día transcurre entre jaquecas y otros padecimientos, y la pérdida de varias llamadas al celular.
Ya es viernes. El cuerpo se va normalizando y el regreso al trabajo pesa menos. El sábado, con la excusa de voltear pinos en el bowling, Adrián Ramírez se junta a charlar con su amigo Esteban, quien una vez por semana le da brillo a su auto con resina.
De golpe, Adrián Ramírez recuerda a Marina, la joven conocida en el calor de Mar del Plata, durante un entrenamiento masivo al atardecer. El dolor de no verla se extendió por no más de siete días. Los romances de verano, también las charlas con alguien atrayente en lugares turísticos, tienen algo de las intoxicaciones: empiezan con placer, con algún "¡salud!" entre copas y siguen con lamentos por la pérdida hasta el regreso a la normalidad.





-Arden los p

11/9/13



Soy una lapicera

Por Emilio López, alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores 
Desde que el hombre empezó a escribir, yo soy una lapicera. Mis antepasados fueron una pluma, que era mi abuela, a la que acompañaba mi abuelo, que era un tintero. 
Todos somos parientes, también mis primos que son los lápices, que llenan de alegría a los niños con sus distintos colores en las primeras letras y dibujos.
Todos estamos relacionados con un mismo fin que es escribir cosas buenas y cosas malas, cosas alegres, cosas tristes y cosas románticas. 
Durante mucho tiempo estamos a disposición de las personas que nos usan para diferentes tareas en la enseñanza, la ciencia, la nvestigación, la medicina,la economía, la política, la justicia. A veces nos ponemos alegres o tristes, según el color de tinta con que se escriba: en negro y a veces en rojo. 
Durante muchos años nos fuimos perfeccionando en distintos tipos de lapiceras. 
Hoy nos vemos amenazados por esa máquina infernal que es la computadora, que nos lleva la mayor parte de consumir la mayor cantidad de letras donde nosotros nos nutrimos de esa rica historia que es la poesía del tiempo y de la vida transcurrida. Yo no creo que esto sea una tendencia del fin, de desaparecer. Esa es la pesadilla que tengo cada día, pero como las personas son solidarias nos siguen usando y nos llevan a la tranquilidad de poder seguir existiendo. Como que soy una lapicera.

9/9/13

Cruzarte, verte
Por Martín Búfali
Te vi otra vez. A lo lejos te divisé. Llevabas puesto lo de siempre. Te crucé otra vez, aunque anteriormente fallé dos veces en el intento. Te esperaba, pero la astucia de la incoincidencia nos jugó una mala pasada. Si al menos supiera si sabes quién soy, si te das idea de que aquellas pocas veces que nos cruzamos fue tan solo por mi insistencia y el previo análisis de horarios que me indicaron la hora y el lugar. Tan cerca y tan lejos. Sé tanto y no sabes nada. Si supieras de lo que sería capaz tan solo porque algún día se te escapara un "hola" y yo tropezara o chocara la pared, atónito.
Ojalá se fuera ya

El técnico Carlos Bianchi sigue creyendo que el fútbol se detuvo cuando él comenzó su siesta. Podrá haber visto muchos partidos desde entonces, pero -esta vez Maradona acertó- perdió timing y ya no les llega a los jugadores. Ojalá se den cuenta los plateístas y abonados a populares que lo apoyan sin restricciones que una cosa es amor a Boca y otra, obsecuencia a Bianchi; el presunto salvavidas al que se aferran hunde al equipo cada día más. 
Ayer, San Martín de Tucumán, Nueva Chicago y Temperley pasaron a la historia por triunfos a costa auriazul. Hoy, los que descienden (ver Unión y San Martín de San Juan) y los que lo harán, como Olimpo, siguen recibiendo la bendición del dios pagano de los hinchas que confuden devoción al líder con fidelidad al club. Quizás sean los mismos que se ríen de quienes le creen ciegamente a un manosanta.

6/9/13

Freire, educación, palabra mayor
En un trabajo práctico en el taller de Radio del Programa Educativo de Adultos Mayores sobre repetición, recreación y creación, ésta fue la elaboración de Nora Garis.
La educación formal abarca desde la educación primaria, secundaria y superior. Un aporte a la educación formal a través de Paulo Freire indica que el estudiar no es un acto de consumir ideas sino de crearlas y recrearlas.
Sabemos que Freire elaboró su propuesta educativa desde una detallada observación y reflexión acerca de los analfabetos adultos de Brasil (su país natal).
Una crítica profunda sobre la educación tradicional a la que llama "educación bancaria" dado que el alumno recibe el depósito (forma pasiva) y memoriza contenidos de conocimientos de manera enciclopedista.
Tomando una de las reconceptualizaciones que desarrolló Freire, rescato la de Comunicación, en la que propone el diálogo dialéctico, enseña a oír, a oírse, a tener sensibilidad, a comunicarse para existir a través de la existencia del otro.
 
Temido Norte bueno
"Bienvenidos al país de la locura" es, además de un magnífico título para varias notas de política, el nombre de una comedia francesa.
La risa y la reflexión caminan juntas a cuento de un hombre que, por mentir feo para satisfacer a su esposa, es confinado a una localidad del norte de Francia a la que nadie quiere ir. Los prejuicios están a la orden del día. El hijo en edad de escuela primaria cree que en la lejana Bergues la gente pierde dedos de los pies a raíz del congelamiento. La mujer está segura de que la temperatura que se publica en Internet es una mentira para atraer incautos. Un viejo afirma que en invierno la mínima alcanza los 40 grados bajo cero.
Los acentos son distintos y al principio cuesta entenderse aun hablando el mismo idioma. De ahí que el castigado trabajador valore los dos años en el cargo de director de correo como una interminable pesadilla... hasta que sus prejuicios bajan la guardia ante la contundencia de los hechos ajenos.
La paz dura hasta que hay que hablar de Bergues con la mujer y los amigos que han quedado en el Sur. Para ellos, es imposible vivir bien allá.
Si estás dispuesto a dejarte guiar por las callecitas del norte de Francia, a imaginarte en un pueblo donde el cartero puede ser convidado a pasar a tomar un café, a pensar sobre tus preconceptos y los de quienes te rodean, date el gusto y mirala. "Bienvenidos al país de la locura" te saca sonrisas por lo bien que ejemplifica los estereotipos o generalizaciones que, a fuerza de exagerar diferencias, alejan y empobrecen a quienes los alojan. Te muestra qué distinto sería el mundo si las brechas se resolvieran con diálogos y no con misiles. Entre tantas cartas también reparte un diálogo imperdible acerca de una pareja que son millones de parejas:
-Llevas meses mintiéndome.
-Intenté decirte la verdad y no me creíste. Te dije lo que querías oír.

2/9/13

Carta de un docente a otro
Estimado Enzo,
Perdón la molestia, pero necesito desahogarme para no estallar. Comparto una lista de pecados -no son faltas ortográficas sino atentados contra el mínimo buen gusto- de alumnos que están más cerca de los 21 años que de los 12.
"Horrar" por "ahorrar".
"Haci" por "así".
"Debes en cuando" por "de vez en cuando".
"Ambre" por "hambre".

Un día alguien les va a decir "gracias por tu acogida" y van a responder:
-¿Pero cómo, si aún no tuvimos sexo?

El jueves les pedí que corrigieran la frase "Hace unos días atrás, yo y Luis jugamos al chinchón". Ocho de veinte mantuvieron "yo y Luis".
Y uno de los profesores sostiene que son normas de uso. No sabe que consintiendo esas normas de uso los condena a que, cuando vayan a pedir trabajo de secretarios de oficina, por oírlos hablar los empleen... para limpiar los baños.

Gracias por la lectura, pero tanto relativismo y facilismo, especialmente si es fogoneado por profesores, me carcome. Como dice un sabio amigo, con razón muere tanta gente mal atendida; si bajamos la exigencia en Medicina, en vez de profesionales de la salud egresarán colaboradores de funerarias.

Como cantaba Piero, "ay país, país, país".
Abrazo y gracias por tu lectura,
Esteban

1/9/13

Adultos, confusiones, chicos
Yo creía que era una naranja!
A la señorita Graciela no le alcanzó el argumento de la confusión de Matías para tolerar la imagen de la pulpa en el suelo del aula. Le daba asco que un alumno expulsase lo que ya tenía en la boca y  más le molestaba que no hubiera pedido un trapo o improvisado uno con papeles para limpiar.
-Seño, después de que a uno le hacen otra broma fea, porque ya son varias, la verdad que no quedan ganas de limpiar.
Graciela tenía motivos para desahogarse con una sanción: esa mañana le habían encajado una multa por estacionar en una cuadra en la que la pintura amarilla del cordón apenas si la veían los muy sanos de la vista. La tarde anterior, el ex le avisó que se retrasaría "unas semanas con la cuota" alimentaria y su hijo Lucas había golpeado de atrás a un compañero en la semifinal del torneo de fútbol intercursos.
-Disculpe, profesor, ¿eso vendría a ser una falta grave?
-Si Lucas se hubiera tirado a buscar la pelota y se lleva puesta la pierna del rival, es tarjeta roja, expulsión, digamos, y punto. Pero Lucas le metió una trompada en la nuca al contrario.
-¿Antes había pasado algo entre Lucas y este pibe?
-No.
Dos días barriendo el aula al final de las clases fue la penalidad para Matías, que se quedó con las ganas de acusar al compañero que se burló de él y de otros ofreciéndoles pomelos como naranjas; "si ni la directora se le anima, ¿qué puedo hacer yo", le dijo a su mamá.
Lucas tuvo que hacer un trabajo sobre agresiones en el deporte. Se enteró de que el boxeador Mike Tyson le había mordido una oreja a otro, que la Mole Moli le pegó a un caído y otras vergüenzas con las que no se sintió identificado. En su casa, Graciela le preguntó cuatro veces si la trompada al alumno del otro grado había sido por algo en especial. "Hay que morir callado, el que habla es un botón", era la frase que lo regía en cuestiones deportivas, aprendida de su padre.
-Me siento mal porque le fallé a mi papá cuando le expliqué a mi mamá que la piña la metí porque el chico nos cargó en los dos primeros goles y en esa jugada dijo "ustedes son unos muertos, me aburro ganando tan fácil". Lo que pasa es que mi mamá se enojó porque yo no le contestaba y me dijo que las explicaciones que no le daba a ella se las iba a tener que dar a un psicólogo, entonces yo hablé y ahí me convertí en un buchón. Ahora a mi papá le va a dar vergüenza. ¿Se da cuenta?
El sacerdote con el que estaba hablando le sugirió que no entrara en las burlas de los contrarios, le pasó la mano por la cabeza, le pidió que no se afligiera y que no se sintiera buchón porque alguien, aunque fuera su padre, se lo quisiera meter en la cabeza.