6/9/13

Temido Norte bueno
"Bienvenidos al país de la locura" es, además de un magnífico título para varias notas de política, el nombre de una comedia francesa.
La risa y la reflexión caminan juntas a cuento de un hombre que, por mentir feo para satisfacer a su esposa, es confinado a una localidad del norte de Francia a la que nadie quiere ir. Los prejuicios están a la orden del día. El hijo en edad de escuela primaria cree que en la lejana Bergues la gente pierde dedos de los pies a raíz del congelamiento. La mujer está segura de que la temperatura que se publica en Internet es una mentira para atraer incautos. Un viejo afirma que en invierno la mínima alcanza los 40 grados bajo cero.
Los acentos son distintos y al principio cuesta entenderse aun hablando el mismo idioma. De ahí que el castigado trabajador valore los dos años en el cargo de director de correo como una interminable pesadilla... hasta que sus prejuicios bajan la guardia ante la contundencia de los hechos ajenos.
La paz dura hasta que hay que hablar de Bergues con la mujer y los amigos que han quedado en el Sur. Para ellos, es imposible vivir bien allá.
Si estás dispuesto a dejarte guiar por las callecitas del norte de Francia, a imaginarte en un pueblo donde el cartero puede ser convidado a pasar a tomar un café, a pensar sobre tus preconceptos y los de quienes te rodean, date el gusto y mirala. "Bienvenidos al país de la locura" te saca sonrisas por lo bien que ejemplifica los estereotipos o generalizaciones que, a fuerza de exagerar diferencias, alejan y empobrecen a quienes los alojan. Te muestra qué distinto sería el mundo si las brechas se resolvieran con diálogos y no con misiles. Entre tantas cartas también reparte un diálogo imperdible acerca de una pareja que son millones de parejas:
-Llevas meses mintiéndome.
-Intenté decirte la verdad y no me creíste. Te dije lo que querías oír.