Ejercicios de redacción
Para uno de los prácticos previos a su graduación, Julieta propuso este ejercicio a los alumnos de cuarto año del colegio al que iba contenta por el color de las paredes y las plantas de interior en las aulas.
Por favor, escribí un texto en el que apliques estas palabras así ordenadas: travesura, travesía, traviesa, traviata, tradición, traición, Trafalgar, trapisonda, trapalón, travesaño.
El objetivo era aguzar el ingenio para asociar lo que en principio no tenía fácil relación y evitar el doble sentido imperante para varios de los términos.
Rosa Rosales escribió:
Trazos
-De acuerdo, hice una travesura en esa travesía, por eso dijeron que era una chica traviesa. Me da bronca porque pesó eso más que mi actuación en La Traviata. No sé si es tradición criticar tanto por tan poco, pero lo cierto es que lo viví como una traición de quienes antes me habían dicho "te bancamos en todas". Por mí se pueden ir todos a Trafalgar, ya verán que les marcan el paso "a la primera trapisonda nomás", como les avisaba un mal árbitro, un trapalón, a los equipos que se colgaban del travesaño.
Con el mismo fin y estos términos (criminal, mambo, redondos, birome, pulóver, ademanes, anillo, alianza, maldita, sea), Martín Fernández escribió las requeridas dos versiones:
Olvido
-"Criminal mambo" cantan Los Redondos mientras la birome raya el pulóver de la profesora, que olvidó sacarlo del aula en el recreo. Son de imaginar su fastidio y sus ademanes, circunstancia en la que cuesta hacer foco en sus bellos anillos y su alianza, maldita sea.
Asombroso asesino
-El criminal actuaba solo si sonaba mambo; varias víctimas se salvaron porque había olvidado llevar la netbook en la que tenía sus 18 canciones predilectas. Redondos caían muchos al escuchar la razón por la que seguían con vida.
La vecina no sabía a qué se dedicaba el asesino que pintaba para otra cosa en su adolescencia de biromes mordisqueadas, pulóver azul del uniforme escolar y ademanes que imitaban los de la profesora de Química de cuarto.
"Los anillos de los Juegos Olímpicos representan la alianza entre los pueblos", solía decir el hombre antes de matar. "Maldita sea", su frase siguiente.
Ezequiel Martínez fue multado por seguir charlando después de la tercera advertencia. Tuvo que armar en media hora un cuento en el empleara dos veces cada una estas palabras: pino, resina, golpe, calor, entrenamiento, dolor, intoxicación, salud, pérdida, regreso.
Semana loca
Arden los pinos. La resina facilita la combustión, que no existiría si alguien no encendiera el fuego. Kilómetros y poblaciones más allá, el golpe de calor afecta a fanáticos de la preparación física que desafían los 36 grados y el aire con olor a humo y escaso oxígeno.
En la esquina del parque, el sanatorio sigue con su rutina de enfermedad, dolor, altas y bajas. Un muchacho sufrió una intoxicación por tomar helado y comer milanesas en mal estado. No puede darse vuelta en la cama sin que le duela todo el cuerpo; la salud, esa bendición que casi nunca notamos, piensa. El día transcurre entre jaquecas y otros padecimientos, y la pérdida de varias llamadas al celular.
Ya es viernes. El cuerpo se va normalizando y el regreso al trabajo pesa menos. El sábado, con la excusa de voltear pinos en el bowling, Adrián Ramírez se junta a charlar con su amigo Esteban, quien una vez por semana le da brillo a su auto con resina.
De golpe, Adrián Ramírez recuerda a Marina, la joven conocida en el calor de Mar del Plata, durante un entrenamiento masivo al atardecer. El dolor de no verla se extendió por no más de siete días. Los romances de verano, también las charlas con alguien atrayente en lugares turísticos, tienen algo de las intoxicaciones: empiezan con placer, con algún "¡salud!" entre copas y siguen con lamentos por la pérdida hasta el regreso a la normalidad.
-Arden los p