28/9/14

En el Día del Adulto Mayor
Cerca del 1 de octubre, un texto para leer cualquier día del año
Por Elena Moscone de Faricelli, del Programa Educativo de Adultos Mayores


Según un viejo aforismo, envejecer es inevitable, pero madurar es opcional. Por lo tanto no somos responsables, de nuestra edad cronológica. Esto es algo que harían bien en recordar quienes se creían a salvo de ella o de los que se mofaban de los viejos mirándolos despectivamente.

Sí, digo pasado porque en este siglo XXI ya la tercera edad tiene otro protagonismo, otras funciones a cumplir, otras formas de contribuir con la sociedad a la que pertenece. Todo gracias a la acción de los valiosos talleres educativos del PEAM, reducto valioso para  quienes tenían un "no lugar" donde ser escuchados, contenidos, informados, actualizados, logrando franquear las barreras generacionales desde un peldaño en igualdad de condiciones.

En los talleres, profesores que se preocupan por la salud emocional y mental de los adultos mayores, dando todo de ellos para hacer de esos momentos, cofres de felicidad que ayudan en la cotidianeidad de sus vidas a ocupar espacios para ellos importantes.

Destinado a un universo de personas que, si nunca asistieron a nada cultural, pueden intercambiar opiniones y aprender cosas nuevas, para las que estuvieron relacionadas al mundo docente, recreando momentos de aprendizaje que con el pasar de los años se olvidan, todo es compañerismo, tolerancia, paciencia, aceptación, hábitos que fomenta el programa PEAM.

Como decía al principio envejecer es inevitable pero madurar se puede lograr, asistiendo a las hermosas clases, recibiendo ayuda para formarse, sí toda la vida uno se forma y se reeduca. Madurar es en efecto un proceso que requiere conciencia y actitud. Es hacer que se tiene una vida vivida y no una vida negada. La médica suiza Elisabeth Kübler-Ross, llamaba la rueda de la vida. Signando en cuatro etapas esa rueda: 1) La del ratón, juguetón y escurridizo, es la INFANCIA. 2) La del oso, cómodo e hibernante, la primera ADULTEZ. 3) La del búfalo, que recorre pausadamente la pradera, es la MADUREZ. 4) La del águila, que sobrevuela el mundo y anima a la gente a mirar a lo alto, es la VEJEZ.

Cuando cada animal se empeña en ser otro y en abandonar sus funciones, se producen los desfasajes. El resultado no es la paralización del tiempo, sino la instalación de la angustia, que suele acompañar a quienes se disocian de esa manera.

En este día, va mi agradecimiento para el PEAM dependiente de la Universidad Nacional de Río Cuarto y a todos los profesores que enaltecen su vida con el cariño y vocación con que incorporan a sus vidas a nosotros los adultos mayores.

Ellos ayudan a "esculpirnos", pues como decía Erich Fromm toda persona es a un tiempo, el escultor y el mármol de una obra que es su vida. Si el escultor se ausenta, la obra queda inconclusa, pero el vivir esto es, esculpirnos, requiere de ayuda externa y eso se lo debemos a ustedes queridos profesores. En este día ¡Gracias!