Amor soldado
Harta de leer "maripositas en el estómago" y "sos lo más", la profesora de Expresión Oral y Escrita pidió a los alumnos que escribieran un ejemplo de amor en la escuela sin caer en estas gansadas.
Adrián Ramírez dedicó su texto "al querible Negrito Quinteros, el profesor que consiguió hacerme entender primero y trazar después las distintas vistas y la perspectiva de un objeto. No sé si lo aprendí por su claridad para explicar o por su paciente afecto, derivado del cual fue un rato que me dedicó un sábado a la mañana en su casa, a 30 metros de la mía. Sacó piezas de madera, me mostró cómo hacerlo y me las prestó para practicar.
No hizo el milagro de que yo soldara sin ahuecar la chapa. Sí consiguió que al evocar ese taller de Soldadura afloren su sonrisa pícara, su guardapolvo azul y su campera de cuero negro.
Además, era de San Lorenzo y no me cargaba".