23/4/14

Contraindicaciones por doquier
Familia: efectos secundarios

-Si yo bajara de peso, pa, ¿ustedes se pelearían menos? -le pregunta el hijo obeso a Guillermo Segura, el psicólogo de "Vulnerables" que está por separarse de su mujer.
"No pienses así, Lucas, por favor", es el pedido del hombre que antecede a una declaración que antes no había brotado: "Yo te quiero mucho, hijo".
Días después de escucharlo a su padre sugerirle reconciliarse con su novio y socio comercial "porque dentro de poco vence la hipoteca de esta casa", Alejandra cuenta en la terapia grupal que volvió con Néstor, aunque no sabe "si es por darle el gusto a mi viejo o si es porque estoy aburrida".
La dureza, acaso la negación, frente a algunos sentimientos es notoria en Roberto, que se irrita cuando el analista le pregunta qué es para él enamorarse: "Eh, a mí me da vergüenza no poder decirlo así porque yo nunca anduve por ahí hablando de esas pelotudeces. Es un estado molesto porque uno tiene que estar con eso que parece que se va a largar a llorar porque le gusta una mina. Pero la verdad, la verdad, no sé. Yo no sé".
El mismo Roberto (sublime Alfredo Casero) transita el duro camino entre paliar problemas al viejo estilo y afrontar soluciones duraderas. Duda de la conveniencia de la terapia, de las inquietudes que le provoca, del buceo en aguas bravas. De allí, esta quejosa confesión, sandwich en mano y en la boca, a su amigo Antonio: "Antes de la terapia, tenía un problema, me comía una olla llena de polenta y a la mierda".

Palabrotas
"¿¡Quién le dijo que amigo es mala palabra!?", le replicó la profesora de Literatura 3 a Adrián Ramírez. Como era necia, más valía darle la razón que hacerle entender que, en boca de la mujer de sus sueños, "amigo" era un término de porquería.
Sería con otro docente que Ramírez haría un trabajo sobre el valor relativo de los vocablos y del peso no solo del contexto, también de los emisores y los receptores, sobre el relieve dado a lo dicho.