Cielo redondo
Celeste, turquesa, manchas horizontales blancas con un borde anaranjado. Al rato lo que se ve es casi todo azul y el blanco es grisáceo rodeado de turquesa. Las copas de los árboles ahora son negras. El atardecer se realza desde Youtube, con Ella Fitzgerald cantando "Cry me a river" y con Ligia Piro haciendo aun más bello el tema "Over the rainbow".
Asomarse a la ventana trae a la memoria al hincha de Boca que, con una pierna en el aire y la otra en el primer escalón del segundo piso de la tribuna local de La Bombonera, miraba filas arriba a su hija y metros abajo el partido. O al otro fanático, que con una camiseta de Flamengo de Brasil arengaba: "¡Vamos, que se nos va el campeonato!" la tarde lluviosa en la que por gol de Félix Ubaldi a 12 minutos del final Independiente le empataba a Boca y lo alejaba del título del Clausura de 1992. O al muchacho de pantalones y campera celestes de jeans que lloraba de dicha abrazado a un hombre de campera negra gracias a una media vuelta de Diego Latorre sobre la hora.
Por la otra ventana no se ven recuerdos sino se imagina a los grupos de hinchas de Los Andes en la esquina de Boedo y Estrada, a los que caminan de Santa Fe a Estrada con la entrada en la mano, ya listos para hacer la cola y entrar a ver el partido con Temperley.
La vida futbolera tiene su propio cielo.