11/4/13

Soberano cambio
Derrapó. No se acordó del aniversario, pero a diferencia de los años anteriores no sintió un dejo de pena ni de culpa. Se quedó pensando si era posible tal disparidad de sentimientos, semejante distancia entre uno y otro. 
Por más de tres años había sido posible y hasta agradable ver juntos las películas que elegía uno, escuchar el día de trabajo ajeno prestando atención, fijarse más en cuánto falta para verse que para despedirse o dormirse.
Lo que siguió fue inercia, duración, hacer de cuenta.
Adrián Ramírez dejó de gustar de la Física, sin importarle los elogios y la dedicación del profesor. Sucedió cinco años después de la primera clase, cuando presintió que seguiría Psicología.