4/4/13

Está clarita la estafa
La claridad no está exenta de la belleza. Por supuesto que hay expresiones cristalinas que poco tienen de lindo. Son las vulgaridades que surgen del impulso, de la vagancia o de otras fuentes. Como contraparte, hay artistas que consiguen miles de lecturas coincidentes gracias a su talento para elaborar la claridad. 
Al comienzo de la película Casino, se escucha a Joe Pesci decir "este es el resultado de tantas mujeres, hoteles gratis y luces" mientras en primer plano se ve una cinta transportadora de las miles de monedas que por minuto pierden los apostadores en Las Vegas sin darse cuenta, embelesados por piernas, tragos y otras atracciones.
Decir juego es implicar mafia, codicia, fin que justifica medios. Aquello de "a buen entendedor, pocas palabras" se hace patente en otra de las frases del personaje: "En el desierto hay muchos hoyos que cubren muchos problemas".
El personaje de Robert De Niro, que junto a Pesci da vida -suena irónico dadas sus obras- a Buenos Muchachos, otra obra maestra de Scorsese relativa al mundillo criminal. Administrador del casino, parece que tuviera cincuenta ojos en vez de dos, todos entrenados para percibir quién hace trampas, paso previo a encerrarlo en una pieza, descubrirle las artimañas y romperle las manos a martillazos. Sabe el carácter de unos cuantos jugadores, como ese que "si ganaba 10 mil, pensaba que había dejado de ganar 90 mil". Alienta las estadías prolongadas en el lugar ya que "mientras más tiempo juegan, más dinero pierden".
Antes de que afirmes "se las sabe todas", aceptá la invitación de ver la película y fijarte cómo le va cuando cae rendido ante la belleza de Sharon Stone, mujer de un proxeneta.