Menotti nos distingue
"No es lo mismo un Fiat 600 negro que 600 negros en un Fiat", era un distingo clásico en recreos de muchas escuelas secundarias. Otro empezaba con "no es lo mismo un chorizo a baño maría que..."
Establecer diferencias es una de las acciones que más desarrolla una persona. De lo que hay en la mesa a lo que irá al plato, de una línea de colectivo a otra, de una persona con quien tomar un helado a otra con quien tomar rumbo desconocido, de alguien con quien firmar un cheque a otro con quien rubricar un matrimonio. Decenas, miles de selecciones conforman nuestra vida cotidiana.
Entrevistado por el periodista Enrique Sacco para el canal ESPN, el entrenador César Menotti dejó una de sus habituales agudas observaciones. Dijo que una cosa es aspirar al éxito y otra, imponérselo como obligación. Estableció que soñar, proponerse la victoria es noble, aunque deja de serlo cuando lo que se desea se convierte en mandato; entonces quien le da una patada alevosa al rival no siente remordimientos y hasta reclama la medalla al mérito. Tanto los que aspiran a ser campeones como aquellos que se lo fijan como obligación tienen grandes chances de no satisfacer sus metas, claro que unos habrán buscado respetando los medios y otros, dejando tierra arrasada.
De modo análogo, hay quienes aspiran a casarse y, aun divorciados, recuerdan momentos preciosos. Numerosos hombres y mujeres que se casan porque culturalmente hay que hacerlo tienen que mirar muchísimas fotos para encontrarse sonrientes.