Horas de crecimiento
"El tiempo nos hará justicia" o algo muy parecido se le atribuye a San Martín. El padre de la patria sabía que los juicios de valor inmediatos suelen estar teñidos por contextos políticos, emocionales y cortedad de mira que distorsionan. Décadas, años o meses más tarde es posible conocer mejor en qué acertó y en qué falló alguien.
A Julio César Falcioni lo insultaron como al peor chanta la tarde del que por eso fue su partido final en Boca, antes, en el entretiempo y al final del 2-1 sobre Godoy Cruz de Mendoza en diciembre de 2012.
Cuando apareció la imagen de Carlos Bianchi en el homenaje a Rolando Schiavi, que también esa jornada representó a los xeneizes por última vez, los mismos que agraviaron a Falcioni se deshicieron en aplausos.
El Boca de Julio César, con los mismos jugadores excepto el Chiqui Pérez traído por Bianchi, tenía por lo general más solidez en el fondo. Hoy, decir que la última línea defiende es una ironía.
Es verdad que Boca era aburrido de ver hace un semestre. Pero al menos no le generaba la diversión que hoy les depara a sus rivales el Boca de Bianchi.
Sin ser Gardel, Falcioni goza de una imagen que mejora semana a semana.