17/4/13

Un eclipse y cinco estrellas
Un terremoto de 5 grados tuvo lugar en un país. No aconteció en zona cordillerana. Fue la consecuencia de la explosión de una bomba atómica en Corea del Norte.
A miles de kilómetros y días de distancia, estudiantes de cuarto año del colegio San Ignacio escribieron esto. Si bien la actividad fue obligatoria -un práctico de la materia Sociology-, da toda la sensación de que la hicieron con gusto. Para abonar la idea de que la vida es una interminable sucesión de paradojas, salieron textos muy lindos originados en una acción muy fea decidida por un dictador. Si la traducción del editor no falla, estás invitado a un paseo por reflexiones maduras.

Por qué los ciudadanos no salen a la calle a marchar contra un presidente que los somete mientras gasta fortunas en armamentos fue uno de los puntos considerados. A juicio de Milagros Ricchini, sucede que "las normas que les fueron impuestas por el gobierno, de modo muy violento, le han enseñado a la población norcoreana que el dictador Kim Jong Un no es chiste".
En cuanto al papel de la educación sobre las decisiones de quienes viven bajo la opresión, dice que en la escuela "la gente gana no solo conocimiento sino también valores, fuertes valores, que la acompañarán por el resto de sus vidas". Claro que "toda esa socialización puede quedar en la nada cuando gente poderosa aparece e impone una idea de comportamiento totalmente distinta. Pero también es posible que "alguna gente prefiera morir a ir en contra de sus valores. Raro, pero puede suceder. Si sos uno de ellos, buena suerte".
Octavio Jorba advierte que "algunas personas poderosas modifican contexto, valores y educación". Asimismo, considera que en países como Corea del Norte, "si sos periodista y decís tu opinión, podés ser asesinado". Hace notar también que "como la migración no es posible, no entran nuevas ideas". Manifiesta que el presidente desempeña mal su rol. Le gustaría que usara su "poder y dinero para ayudar a la pobre gente, los hospitales, etc., y no para comprar armas. Al actuar como lo hace, le da a la gente una idea desviada de lo que está bien lo que está mal".
Rosario Masoero aúna la noción de posibilidades de vida a las de sociedades abiertas y ocultas.
"Las chances de vida no son las mismas que en Argentina", como que "son distintos países con muy diferentes formas de gobierno. Apunta que "aquí la gente muestra sus opiniones y acciones mientras que en Corea del Norte oculta sus reales visiones". Dice que "sus ciudadanos pueden no expresar su fastidio por temor" a recibir un castigo del control social formal de "semejante poderoso gobierno. Por otro lado, quizás fueron educados en un contexto que apoya las reglas presidenciales. Además, esta gente puede tener ciertos valores tales como respeto o paciencia que prefieren mantener".
Amparo Cosio percibe la "discriminación" que sufre todo aquel que no es "amigo" o "familiar del dictador". Intuye que otra manera de ejercer mal su cargo sea la obligación que baja del presidente a las escuelas de transmitir sus valores, por lo tanto "cuando los chicos crecen ya saben quién tiene el poder". Añade que "esto hace que niños muy inteligentes que en el futuro se convierten en adultos inteligentes y poderosos tengan una base terrible de valores y de curriculum oculto".
Para Sofía Zamanillo, "la educación de un país depende de muchos factores. Uno de ellos es la forma en que el gobierno es llevado adelante. Si es violento, entonces la gente puede tener acciones agresivas con sus hijos o miembros de su grupo de pares". Agrega que "los valores también son enseñados por los gobernantes" y que "es bueno afirmar que aunque el gobierno sea una mala influencia, no todas las personas van a ser violentas".