¿Cuál es tu mitad del vaso?
Por Patricia Murphy, alumna del PEAM
¿Por qué será que como sociedad dividimos la vida entre éxitos y fracasos? ¿Y cómo medimos esas situaciones? El éxito obtenido por un ciudadano de a pie despierta recelos, envidia, intrigas de fiscales acusadores que no consideran cuáles fueron las estrategias para alcanzarlo.
Muchas veces no se llega al éxito. Los fracasos marcan más de una vez a quien le suceden, sin que por eso la persona deje su espíritu de lucha para ponerse de pie y seguir intentando. Más de una vez, esto no debilita el carácter; lo fortalece y así se vuelve a intentar.
Ni éxitos ni fracasos deben dejar una señal indeleble en nuestra trayectoria de vida. Son circunstancias que pasan por el simple y maravilloso hecho de estar vivos. No dejemos que nos señalen por éxitos o fracasos. Somos seres humanos, iguales a los de esas miradas crueles o esos dedos apuntadores.