Altos valores
Entre todos los valores que hacen a la buena vida, una alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores elige la sinceridad, la gratitud, la perseverancia y el respeto.
"No me gusta la falsedad ni la mentira", asegura Lidia Olmedo. "Todos tenemos amistades, algunas muy buenas, otras no tanto. Lo primordial es la sinceridad: uno deposita toda su confianza en ella, como ser yo le confío cosas que me pasan a una amiga y estoy segura de que ella no le cuenta a nadie".
Acota Lidia que "otras veces, la sinceridad molesta, pero es una forma de hacer ver las cosas correctamente".
"Gracias, gracias, gracias', es lo menos que puedo decirle a una persona con la cual me siento en deuda que en su momento no dudó en ayudarnos. Me sentiría feliz de poder devolverle de alguna forma lo que hizo por nosotras, se lo agradeceré toda la vida. Dar las gracias es un hábito muy saludable". Añade Lidia que "la persona a quien damos las gracias se siente reconocida y nosotros, con el deber cumplido".
"Perseverancia es tener fuerza de voluntad, constancia y paciencia", asegura la estudiante, fiel exponente de este valor. Indica que "hay cosas que nos parece imposible realizar o alcanzar". Apunta que "si uno desea algo tiene que luchar y esperar, que es lo más difícil. No bajar los brazos, seguir insistiendo hasta conseguir lo deseado; muchas veces no se da lo que uno quiere, entonces hay que saber comprender y renunciar".
En cuanto al respeto, Lidia considera que es "muy importante" y que debe ser enseñad desde la niñez "porque hoy en día los jóvenes, no digo todos, no respetan a nadie. Si ponemos el respeto ante todo, la vida sería más agradable". Ejemplos de conductas respetuosas son "ceder el asiento en el colectivo, ayudar a cruzar la calle a una persona mayor, ayudar con las bolsas de las compras y también en los bancos, que nos hacen esperar afuera con el frío que hace".