Transformaciones
Emilio López se remonta a 1900, cuando "era un nuevo baile el tango" y suscitaba tanto "curiosidad por ver cómo era" cuanto rechazo por considerarlo "un baile de prostíbulos".El alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores repara en que "los hombres aficionados a este baile tenían problemas ya que ninguna mujer" tenida por "decente conocía la danza". Y "también los músicos que la interpretaban eran mal vistos".
El tango "se bailaba en algunas reuniones familiares, pero la clase más acomodada lo rechazaba".
Bastó saber que "en Europa, especialmente en París, la clase social alta lo tomó como un esnobismo y lo fue incorporando" para que lo propio sucediera en el río de la Plata.
De los 1920 a los 1940 el tango se fue bailando en más ámbitos, "la sociedad lo fue aceptando con madurez y fue difundido cada día".
Otro de los cambios a través del tiempo en el que Emilio repara es en el rol del hombre en el trabajo. Lo ejemplifica con "peluquerías de mujeres, que antes eran atendidas solo por mujeres y que hoy también incluyen a los hombres". De modo análogo, las prendas de vestir ya no siguen estrictas diferencias y hoy es fácil encontrar "ropa unisex y con colores llamativos".
En una casa también "el hombre está a la altura de la mujer. Limpia, hace la comida, lava la ropa, cuida de sus hijos, les da educación y salud". Esta lejanía del rol de Homero Simpson "es el resultado de que la sociedad ha madurado. Antes, los prejuicios existían y todo el cuidado hogareño recaía en la mujer. Hoy todo se comparte".