Vuela, pajarito
Un muchacho quiere a una chica. Deja para mañana el lance que podría tirarse hoy. La situación se repite y termina con ella caminando de la mano de otro.Esta historia de timidez, cuya similitud con la realidad no es pura coincidencia, da pie a palabras de Ana Chevarría, alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores.
-En ocasiones, la timidez paraliza. Hay personas que quisieran expresar algo y llegar a un propósito, pero no lo logran y pierden la oportunidad.
Es cierto que muchas veces el tímido, por quedarse callado, evita decir palabras incorrectas.
Ana siente que a menudo "el tímido expresa con su actuar, con su forma de ser, la seguridad que afuera no puede demostrar". Lamenta por aquellas instancias en las que "el tímido se queda a la espera de que le lean su pensamiento".